Señalo
un filósofo que ser estudiante es un proceso de la vida en la que
todos disfrutan la alegría de la juventud y la pedantería de las
definiciones.
En
realidad un buen estudiante es quien cree que lo sabe todo, nos
atiborra con sus conocimientos y de eso hace alarde entre los
estudiantes menos aventajados, pero a quienes en el fondo envidia
porque tienen la ventaja de tener novia.
Como
hoy en Cuba toda familia tiene un médico y mas de un licenciado eso
nos sirve para tener siempre a mano en el barrio una receta para la
acidez estomacal, una inscripción de nacimiento o nos arreglen la
plomería del baño.
Supongo
que hay estudiantes que no estudian por falta de tiempo debido a que
se dedicaron a llenar las paredes de las escuelas de pintografías,
“Nando
y Yuli se aman”,
“Olgui
y Julito, amor para siempre”.
En definitiva, a los dos años Nando no sabe quien es Yuli y aquellos
amores eternos duran un curso escolar, cosa que es mas que suficiente
para ponchar un par de asignaturas. Amor estudiantil que siempre
creemos serio pero que termina con letreros impublicables dibujados
en las paredes de los baños.