A lo largo de los años nuestra ciudad se
las ha sabido arreglar para practicas con mediano o pleno éxito el
autobloqueo urbano. A pesar de buenas intenciones en por tantas y por
cuantas regulaciones dictadas por el gobierno local en una u otra
oportunidad, en lo actual aun asoman atisbo de ese patrimonio que nos
facilita poner las cosas difíciles a cualquier hora y en cualquier
época del año en temas del deambular callejero.
A veces tenemos la impresión de que las
normas y regulaciones urbanas y constructivas que se adoptan para ser
aplicadas en nuestra ciudad se firman para luego tener el gusto
olvidarlas. Por esa cuerda anda las obstrucciones en la vía publica.
Cualquiera instala un taller al aire libre frente a la puerta de su
casa, o utiliza las aceras como parqueo, área para fregar autos y
motorinas, deposito de escombros, mercado al aire libre, una mesa y
cuatro bancos para jugar domino, en fin.
Sobre el tema y ya cerrando el año nos
escribió Olga Cabrera, quien en síntesis relato un percance sufrido
en la calle República a causa de patinetes veloces en circulación.
Ella cuestiona la atención que se presta al orden en esta populosa
vía.
Si a las estadísticas nos atenemos, se
conoce como la presencia de las personas con la tercera o mas edad
forma parte casi mayoritaria en nuestra población. Higiene Ambiental
está como arando en el mar desde hace mucho para revertir no solo
ese demonio suelto que es el ruido ambiental, sino también contra
las barreras arquitectónicas que hemos colocado a diestra y
siniestra sin que nadie parezca molestarse o al menos echarle un ojo
a este tema, peligroso en la medida en que aumenta la edad de la
población.
Ahora de manera mas reciente motorinas y
bicicletas nos están circulando por la calle República, senda
peatonal construidas y embellecida por la Oficina del Historiador,
pero cuya custodia se carga a la cuenta de autoridades contratadas
para esto. Sin embargo, mire qué cosa, hemos conocido que la
autoridad contratada para mantener el orden en estas y otras áreas,
el Servicio de Protección del Consejo de la Administración
Municipal, Ceprocam, es aproximadamente elemento decorativos, pues no
les protege la autoridad alguna para imponer multas a los muchos
violadores con los que a diario deben enfrentar en buena lid apelando
mas a la conciencia del individuo que a la Ley.
Por otra parte este tema del autobloqueo en
la ciudad, va mas allá de las obstrucciones y huecos en las aceras.
Esa arista es solo lo que se ve en superficie. Por debajo y en
tumulto navegan en mar proceloso las indisciplinas sociales,
matizadas y coloreadas a bordo de la tolerancia, la laxitud en
aplicar normas de conducta ciudadana, el irrespeto, la churricultura
de la que mucho hay que hablar y tantas lacras de nuevo tipo que
dañan realidad y presencia del país que queremos hacer.
Seamos sinceros, autoridades a cargo de
pasar revistas a toda esta incultura que nos puede llevar al mundo
del nunca jamas, existen. Están allí, al pie de obra, solo que
parece habérselo adormecidos los pies para calzar las botad de siete
leguas que necesitamos. Fidel nos monstruo el camino que nos conduce
a cambiar todo lo que deba ser cambiado. Muy bien. Pero cuándo.?
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