En realidad no parece que en nuestra ciudad
se conozca mucho sobre música escandalosa, ruidos, gritería y
similares. A abundante en ejemplos de personas
quejosas que ya no saben a donde volverse
he llegado a la conclusión de que en la práctica los que deben
saber no saben como suena
Camagüey.
Una breve encuesta aleatoria realizada en
el centro de nuestra ciudad a transeúntes de todas las edades y
sexos, trabajadores de unidades gastronómicas (escandalosas por
demás) nos dijo que; el 85% de las personas considera que cada vez
hay mayor nivel de ruido en la calle y a toda hora; el otro 15%
considera que no siempre hay ruidos, pero los hay: el 64% aunque
saben que existen desconoce qué dicen y cuáles son estas leyes y
regulaciones contra el ruido; el resto de ese por ciento apenas si
saben algo sobre el particular. Lo interesante es que entre los
“ruidosos” un elevado por ciento reconoce que así disfrutan más
de la música. Otro significativo número señala que aunque sufren
el ruido no saben a dónde dirigirse para quejarse, y por supuesto,
otros que se han quejado ante esta o aquella autoridad nunca han
recibido respuesta.
¿Suena entonces o no suena la ciudad de
Camagüey?
Les confieso que había preparado un largo
trabajo periodístico sobre la contaminación sónica, para reiterar
lo que significa el exceso de sonido que altera las condiciones
normales del ambiente y de las personas y todas las
enfermedades como sordera, nerviosismo, insomnio, estrés,
agresividad, mareos, falta de concentración, etc. etc. pero dada la
situación en la que vivimos deduzco que mas que una orientación
periodística para el buen vivir, lo que nosotros necesitamos es un
turno médico
Es real que en
Cuba el fenómeno de la
contaminación sonora se mueve en una realidad que va desde
indisciplinas sociales hasta laxitud en hacer cumplir leyes y
regulaciones pasando por aquellos que consideran que tal proceder
”bullanguero” se debe a un estado de gracia de nuestra forma de
ser.
Según notas de prensa, del aire, del
agua y de los residuos sólidos, el ruido es considerado el cuarto
agente contaminante para la salud de todo ser vivo, incluyendo las
plantas, así que dadas las implicaciones de este fenómeno en la
calidad de vida del hombre, es el Ministerio de Salud Publica quien
ha de prestar atención al tema, aunque una parte significativa de
casos son vistas de conjunto con el CITMA por ser este el organismo
rector en la materia.
Coloco el ejemplo de las pistas de baile, discotecas y sitios de diversión donde la música suele escucharse excesivamente alta y como es de suponer se incumplen todas las normas establecidas.
Coloco el ejemplo de las pistas de baile, discotecas y sitios de diversión donde la música suele escucharse excesivamente alta y como es de suponer se incumplen todas las normas establecidas.
Otro ejemplo para saber por donde andamos
es el Decreto Ley 141/1988 que en su Articulo 1 señala que:
«contraviene el orden público quien perturbe la tranquilidad de los
vecinos, especialmente en horas de la noche, mediante el uso abusivo
de aparatos electrónicos, o con otros ruidos molestos e
innecesarios; realice fiestas en su domicilio después de la una de
la madrugada turbando la tranquilidad de los vecinos, sin permiso de
las autoridades competentes».
Sin embargo, dígame usted, ¿Suena o no la ciudad de Camagüey?.
Sin embargo, dígame usted, ¿Suena o no la ciudad de Camagüey?.
En Cuba existe una buena colección de
Leyes y regulaciones para enfrentar ruidos en la vía publica, zonas
escolares y hospitalarias, y entre ellas la Ley 81/97 certifica que
es el CITMAes la entidad facultada para realizar inspecciones e
imponer medidas correctivas de adecuación a las disposiciones
ambientales, fijar el plazo para cumplirlas y poner en conocimiento
de la Fiscalía General de la República las acciones u omisiones que
puedan constituir delito, mientras que el Decreto Ley 141/1988
advierte que "contraviene el orden público quien perturbe la
tranquilidad de los vecinos, especialmente en horas de la noche,
mediante el uso abusivo de aparatos electrónicos, o con otros ruidos
molestos e innecesarios; celebre fiestas en su domicilio después de
la una de la madrugada turbando la tranquilidad de los vecinos sin
permiso de las autoridades competentes".
En definitiva son responsables de enfrentar
la contaminación sonora las unidades municipales de Higiene y
Epidemiología y en casos excepcionales de inconformidad, solicitar
revisión ante el Centro Provincial de Higiene y Epidemiología del
MINSAP o a la delegación del CITMA, pero he ahí el dilema, hacer o
no hacer porque mire usted que a las diez de ultima la pelota cae
entre los dos files.
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