Hace
unos pocos días disfrutaba yo de un programa de televisión sobre
Oceanía.
Da
gusto ver tantos cientos de islas extendidas sobre el inmenso océano
Pacífico con sus pueblos, culturas, lenguas e historias diferentes,
dispersos todos como un juego de yaki al otro lado del mundo.
Junto
con el paisaje y el texto del documental hubo entrevistas. Es
interesante oír a esos pobladores hablar entre otros temas de su
economía popular donde manejan con soltura transacciones comerciales
en onzas y kilogramos cuando uno piensa que dado su desarrollo y
aislamiento, en algunas de esas islas apenas podrían llegar a esa
etapa superior que es ese necesario sistema universal de pesas y
medidas.
Y
entonces me asaltaron dudas que quiero compartir con ustedes.
¿Será
acaso que nuestro reino no es de este mundo?.
¿En
qué nebulosa navegamos?
Lo
digo porque como nuestro país no está aislado ni mucho menos como
los melanesios, los polinesios y los micronesios en distintas
regiones, como por demás contamos con un unicosolo pueblo con
idéntica cultura, historia e idioma y como además nos proclamamos
abanderados del desarrollo económico y social, a veces a uno le
cuesta trabajo aterrizar en el presente y ponerse a tono con la cosa.
No
imagino yo por cierto que en materia de diferencias económicas los
natibos de la islita de Kiribari, cuyo único quehacer es pescar y
tumbar cocos en las playas, nos vengan ahora a dar lecciones de
pesas y balanzas.
Resulta
que como entre nosotros todo está legislado, regulado, ordenado y
aplicado sin dejar, dicen, espacio a la improvisación, el “invento”
o el desorden, ni siquiera me figuro cómo entró en el fascinante
mundo del Sistema Métrico Decimal la mano de plátanos,. ¿Porque,
vamos a ver, cuantos plátanos hay una mano de plátanos?.¿Y
que me dice del vaso de frijoles o de la tapita de ambientador que te
venden de puerta en puerta?
¿Qué
sistema económico santificó el jarro de papas?
¿Cuántas
habichuelas debe de tener un mazo de habichuelas?
Si
tenemos en cuentas que ya desde el siglo XIX se implantaron pesos y
medidas para establecer un sistema único para todo el mundo y así
facilitar el intercambio científico, cultural, comercial, etc.
podemos darnos cuenta del inmenso paso de avance logrado para la
humanidad pues hasta entonces cada país, incluso cada región, tenía
su propio sistema de unidades. Todo eso, repito, fue erradicado en la
medida en que el mundo trotaba hacia el progreso.
Sin
embargo como es de suponer que a los ciboneyes no se les ocurrió la
idea de vender el ají por jícaras y mucho menos proponernos un
catauro de jutía ahumadas, no podemos achacar este desface de
transación comercial a una tradición aborigen graciosamente
rescatada por mercachifles contemporáneos, sino que todo este
Sistema Métrico a la criolla se encuentra en el dejar de hacer, la
indolencia y ese nefasto mirar para el otro lado de las autoridades
comerciales.
La
“pata” de cebolla es aparte de indisciplina social, oportunidad a
la estafa y al robo continuado del que sufre el pueblo sin que se
avisore mejora alguna en ese sistema del “!Vaya, coge tu
montoncito de limón aquí|!”
El
desorden y la indisciplina que en días como hoy nos ahoga en las
calles forma también parte de este, para algunos, “simpatico”
recurso de violar sistemas comerciales establecidos de los que
nuestro país es signatario.
Y
precisamente, ahora que el Gobierno ha circulado acuerdos y llamados
al orden y la perseverancia en la lucha contra las ilegalidades, es
cuando debemos de reforzar ese enfrentamiento del que en alguna forma
somos cómplices obligados por la fuerza de la necesidad .
Recientemente
se presentó ante la Asamblea Municipal del Poder Popular en Camagüey
un informe sobre los resultados del enfrentamiento al delito, las
ilegalidades, la corrupción e indisciplinas sociales. De su lectura
se deduce que aun los organismos controladores no son ni lo
sistemático ni lo tenaz que se debe ser en este capítulo. Lo peor
es que la población no tiene la percepción de que forma es estafada
y robada en el trueque de jarros, vasitos, tapitas, manos ,mazos y
todo cuanto se ha inventado para burlar el orden de la economía.,
Pero
en realidad, la responsabilidad de toda esa ofensiva no debe caer
absoluta sobre los hombros de la población como algunos insisten
para limpiarse de la responsabilidad que les toca. Junto a la
indisciplina social esta igualmente la indisciplina gubernamental,
entuerto que debemos enderezar si de verdad queremos entablar una
lucha liderada por las autoridades competentes, por ser ellos quienes
el Estado ha asignado responsabilidades y funciones.
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