Me
dice un amigo que no consigue separarse su table, que no puede
desconectarse de las redes sociales y que lo primero que hace por las
mañanas es entrar en Internet…
¿No
estarás enfermo?
¿Enfermo
de qué?
Me
encogí de hombros, No sé. Tal vez tengas pantalladictis crónica,
aventuré a decirle.
¿Quieres
decir que tengo adicción a las pantallas? … Boberías, eso no
existe.
Después
de esto cada uno siguió su camino, pero me quede con aquel
barrenillo ….Hummmmm.... “pantallitis crónica”, vaya, vaya.
Por
algunos días me dedique a buscar libros, datos y cifras, estudios
sociales y sicológicos. Resulta que se habla de este caso mucho mas
de lo que podemos imaginar. Tanto, que estamos al borde de lo que
universalmente ya se define como “adicción a las pantallas”.
Real y silenciosa enfermedad para la cual aun no se conoce cura.
Sin
dudas las investigaciones sobre esta “enfermedad”, que prefiere
contagiar a adolescentes y adultos jóvenes, origina una serie de
efectos nocivos en las personas, entre estos la pérdida de control
(el placer gana a la razón, la necesidad pesa más que el deseo),
causa problemas sociales y/o sanitarios y el sufrimiento de la
persona y de las familias en su entorno. Según estas notas la
adicción a las pantallas es muy parecida al alcoholismo o al juego
de azar, pues se manifiesta como la invasión de las motivaciones de
una persona por el único objetivo de estar frente a las pantallas
sin importar tiempo ni consecuencias.
Por
eso vemos en parques y aceras a muchos jóvenes hipnotizados con sus
table, ajenos al entorno y a la realidad, incomunicados y embobecidos
cada cual en su mundo. Distante de relaciones sociales o a otros
interese y responsabilidades de los cotidiano.
Sin
embargo esta adicción a las pantallas puede llegar a ser mas
compleja cuando se alcanza a una dimensión adictiva en que el objeto
de esa adicción es lo único que interesa a la persona de allí que,
por ejemplo, pueden surgir problemas con su pareja o con la familias,
sin que nada les importe, así que aunque la adicción a las
pantallas todavía no está reconocida médicamente, hoy en día se
está cuestionando incluirla dentro de las clasificaciones
internacionales, como un tipo de adicción sin
drogas. pero con dependencia total al placer que encuentran por
Internet.
Mirando
así las cosas concluimos conque internet nos
frece encuentros amorosos, todas las distracciones que podamos
desear incluyendo sexos, negocios, pasatiempos, información, juegos
de azar y cuanto nos pueda “enganchar, por lo que en esa
“enfermedad” puede haber diferentes manifestaciones de
dependencia que se manifiesta entre personas de todas las edades.
Los
estudios más recientes sobre la adicción a Internet revelan
que los juegos masivos son los que tienen más posibilidades de crear
una dependencia en los usuarios en riesgo, pues esta adicción a los
videojuegos suele traducir una psicopatología subyacente: fobia
social, trastorno psicológico, complejos y hasta personalidad
esquizofroide
Ante
un problema de adicción como este, lo
mejor es acudir a una consulta especializada en adicciones. La
adicción a las pantallas requiere el mismo tratamiento que las
adicciones reconocidas, es decir, una psicoterapia de comportamiento
a fin de ayudar al paciente a identificar cuándo aparece ese
determinado comportamiento ya que se centra en el estado emocional.
Este tipo de psicoterapia permite darle un tratamiento especial a la
persona que sufre esta adicción a fin de manejar el estrés y las
relaciones con los demás.
Centros
especializados para este tipo de adicción,abiertos en muchas partes
del mundo también prescriben medicamentos utilizados para otras
adicciones, pues el objetivo no es llegar a la abstinencia, sino a un
uso controlado. La psicoterapia se completa con un trabajo con la
familia y con la pareja.
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