Durante
una reunión a la que asistí para consultar temas de las asambleas
municipales y provinciales del Partido en su proceso de balance, se
analizó una agenda relacionada con todo nuestro padecer de los
programas de desarrollo ganadero y cañero, cultivos varios, atención
a la juventud , delitos y otros y tantos capítulos siempre
recurrentes en días como hoy.
Este
encuentro entre trabajadores que duró dos horas podría haberse
extendido hasta el infinito y sin aburrimientos porque los puntos
tratados son apasionantes por su actualidad y tienen mil y una
aristas.
En
el conjunto de este intercambio todos a una dignificaron el esfuerzo
del Partido por impulsar sectores capitales para el desarrollo de
nuestra economía y rescatar la parte oscura de la luna en nuestra
sociedad.
A
pesar de estos cánticos deseo comentar con ustedes que no son en
realidad los trabajadores en general quienes tienen que sacarle las
castañas del fuego a tanta chapucería, negligencias e
insuficiencia administrativa, causa por la cual estamos en una
innegable crisis en la producción alimentaria. Por demasiado tiempo
se ha permitido, y no precisamente los trabajadores, el
incumplimiento de planes productivos, el hurtarle el cuerpo a los
programas de la tecnociencia, el desatender el llamado al orden de
los especialistas y el insistir en aplicar caducos métodos
desfasados por el desarrollo técnico, el cambio climático y la
estrategia contemporánea .
Del
otro lado está la la machante noria que desde hace mas de cincuenta
años da vuelta siempre en el mismo lugar. Analizando y discutiendo
lo mismo con lo mismo con el siempre igual resultado de lo mismo.
Sin
dudas que por años una buena parte del pueblo se ha dedicado, guiado
por la inquebrantable voluntad y la justicia de la Revolución, a
trabajar y hacer, pero en verdad no siendo. En un punto de esta
historia nuestra de cada día dejamos de ser nosotros mismos para
movernos de uno a otro lugar tras lo mas urgente, pero muy pocas
veces tras lo mas importante.
Trabajamos
y actuamos de hoy para mañana, sin darnos cuenta que del tiempo
depende nuestro futuro. Un antiguo proverbio chino dice; “Si le das
a un hombre un pescado hoy, le resuelves la comida de un día, pero
si lo enseñas a pescar le darás comida para siempre”.
En
la misma cuerda bascula la corrupción y los delitos, signado por
tanta corrupción institucional que extendida como mancha de aceite
sobre el agua tiende a contagiar a la gran masa de la población.
Huellas de esto es el irrespeto publico, el mirar para el otro lado y
la filtración entre nosotros de aquella fuerza proclive a la
desorganización como forma de lucro. ¿Pero, quien no lo sabe?.
¿Miopes o indiferentes, imbéciles u oportunistas?. Lo peligroso de
todo esto son los diferentes niveles en que se mueven estas fuerzas.
Todos
estos temas, lastres en la educación, atención inadecuada a nuestra
juventud, identidad social vulnerable y zancadillas a la ley se
cuestionan en estas reuniones de consulta pero, caramba, ¿Desde
cuando estamos hablando de lo mismo, tomando medidas, eliminando
estorbos, desde cuando el pueblo ya cansado expone, plantea y discute
en las asambleas de rendición de cuenta y en los sindicatos?,
¿Cuanto no le hablan a la prensa los trabajadores, los campesinos y
hasta las amas de casa, quejándose de los mismo?. ¿Y qué se hace
puertas adentro en las direcciones empresariales y los ministerios,
se tiene en cuenta estos criterios de la población?.
Ya
es demasiado tiempo dándole vuelta al mismo caramelo
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