Ya
a mediados del siglo XIX el camino a la ermita de La Caridad, al este
de la población, se convirtió en la avenida de Los Mangos gracias
al romance entre una hermosa criolla y un enamorado teniente
gobernador quien embelleció la calzada haciendo sembrar de árboles
frutales el camino. Luego, a partir de los inicios del XX, fue la
Avenida de La Libertad .
Junto
con el florecimiento de la ciudad y el regodeo de las casonas
señoriales de los comerciantes y hacendados lugareños la avenida
cobró prestancia con portales, aceras, alameda y bancos. La linea de
tranvías y el pavimento dieron el toque de modernidad
vigecimonónica, postal rota cuando a partir de 1940 junto con otras
obras públicas realmente importantes para la ciudad, la plaza de La
Caridad y la avenida se transformaron hasta el punto que hoy
conocemos.
Al
borde de las aceras y a lo largo de sus siete cuadras se plantaron
ocujes y unas 64 farolas de hierro diseñadas especialmente para la
avenida camagüeyana. Al pie de cada farola puede leerse aun; “Habana
Cuba. Fundición Habana S.A. Calzada de Concha 809. Habana Cuba 1940”