Durante la primera semana de octubre de
1948, las autoridades migratorias norteamericanas anunciaron, sin que
mediara una explicación previa, que a partir de noviembre de aquel
mismo año, seria requisito indispensable para aquellos médicos
cubanos que fueran a ejercer en ese país, someter sus pruebas de
laboratorio y recetarios a certificados de calidad avalados por
médicos de los EEUU.
Ante la nota prepotente y vejaminosa para
la medicina cubana, el Colegio Médico de Camagüey, presidido
entonces por el Dr, Francisco Martínez de la Cruz, envió una
carta de protesta a Paúl A. Tate, vice cónsul norteamericano en la
provincia, con copia al periódico El
Camagüeyano para su
publicación, púes fue en sus paginas donde en nuestra provincia
apareció el documento del gobierno norteamericano.