En
realidad el tema es no ser gracioso, sino caer en gracia, y que
sepamos no siempre la crítica periodística cae en gracia. Como
regla, hoy en día el ejercicio de la critica periodística en Cuba
aun choca la más de las veces con los resultados de una cultura cada
vez más decadente ante la critica que obstrucciona la capacidad de
asimilarla, en este preciso minuto en que el espíritu revolucionario
rompe las trabas del secretísmo, el burocratísmo y el mongolismo del
monopolio de las comunicaciones sociales.