De
eficiencia, productividad y salario se ha hablado en Cuba hasta por
los codos, pero pocas veces hemos oído algo sobre los enredos que
padecemos a causa las indisciplinas en el horario laboral. De
seguro que pocas asambleas sindicales, o de cualquier otro tipo,
echan rodilla en tierra por el respeto a los horarios de producción
o de servicios, porque además es bien seguro que esas asambleas se
estén celebrando en pleno horario laboral.
En
Cuba más de mucha gente se ha vuelto escéptica en esto de consignas
de eficiencias debido a las veces que se ha dado de narices en
cualquier tienda con un cartel que anuncia que se está en
inventario, o que van a abrir mas tarde porque es el día de la
higiene, o porque van a fumigar, o porque no llegó la dependiente. O
porque no hay agua. Se han inventado tantos pretextos para trabajar
menos que se ha convertido en un a cadena infinita de causa y efecto
.