En realidad no parece que en nuestra ciudad
se conozca mucho sobre música escandalosa, ruidos, gritería y
similares. A abundante en ejemplos de personas
quejosas que ya no saben a donde volverse
he llegado a la conclusión de que en la práctica los que deben
saber no saben como suena
Camagüey.
Una breve encuesta aleatoria realizada en
el centro de nuestra ciudad a transeúntes de todas las edades y
sexos, trabajadores de unidades gastronómicas (escandalosas por
demás) nos dijo que; el 85% de las personas considera que cada vez
hay mayor nivel de ruido en la calle y a toda hora; el otro 15%
considera que no siempre hay ruidos, pero los hay: el 64% aunque
saben que existen desconoce qué dicen y cuáles son estas leyes y
regulaciones contra el ruido; el resto de ese por ciento apenas si
saben algo sobre el particular. Lo interesante es que entre los
“ruidosos” un elevado por ciento reconoce que así disfrutan más
de la música. Otro significativo número señala que aunque sufren
el ruido no saben a dónde dirigirse para quejarse, y por supuesto,
otros que se han quejado ante esta o aquella autoridad nunca han
recibido respuesta.