A la media noche del jueves 12 de
noviembre de 1959 Luisa Mariana Arteaga Marín, corresponsal en
Camagüey del periódico Revolución,
recibió una llamada de Jorge Enrique Mendoza Reboredo, capitán del
Ejército Rebelde y delegado en la provincia de Camagüey del
Instituto Nacional de la Reforma Agraria, invitándola a su oficina
apenas amaneciera el siguiente día; “Veras que buena historia.
Avísale al fotógrafo y prepárate para un largo viaje. Yo te paso a
recoger”. Luisa comunico con Paquito Sariol, el fotógrafo que de
costumbre le acompañaba y le pidió estar listo para las primeras
horas del día.
Aun oscuro Jorge Enrique llegó a la casa
de Luisa Mariana en compañía de la primer teniente del Ejercito
Rebelde Dra. Violeta Casal Díaz. De pie en medio de la sala tomaron
las taza de café que les esperaba y salieron; “Nos vamos para
Rancho King, esto va a sonar”, le dijo Mendoza a la periodista.
Todavía con las luces de las calles encendidas, al viejo caserón de
San Pablo 67, casi esquina Cuerno, donde radicaba la delegación de
la zona C-18 del INRA, ya habían llegado el capitán Pedro Lester
Delgado Alfonso, delegado del Ministerio de Recuperación de Bienes
Malversados, el jefe del Departamento Jurídico de este ministerio,
Dr Francisco Sariol y la notario publico Matilde Pérez Rivero, a
poco se incorporaron el Dr, Raúl García Peláez, Comisionado del
Movimiento 26 de Julio en Camagüey y un equipo de periodistas del
periódico Sierra Maestra, de Santiago de Cuba, ocasionalmente de
paso por la ciudad y sumados desde la noche anterior al grupo.