miércoles, 10 de agosto de 2016

Los Cangilones, ejemplo de leyes para no olvidar.



El 22 de junio de 1981 Raúl Castro le pidió a Antonio Núñez Jiménez un informe para aplicar acciones en beneficio de la Naturaleza, especialmente contra los daños que la deforestación estaba originando en las regiones montañosas del país.
En esa oportunidad Raúl solicitó información sobre la Sierra de Cubitas. En el documento enviado, Nuñez Jimenez apuntó;“No necesito decirte que la Sierra de Cubitas constituye una de las poquísimas elevaciones de la extensa provincia camagüeyana donde pudiera conservarse la ya maltratada flora y fauna de esa provincia. En ocasiones le he escuchado decir a nuestro Comandante en Jefe la importancia que debe prestarse a la Sierra de Cubitas para los centros turísticos de esa provincia tan llana”

miércoles, 3 de agosto de 2016

Mis oficios y los juegos “inocentes”



Observo por estos días a niños y jóvenes ensimismados ante sus pantallas de tables y computadoras, juegos “inocentes” que en su adicción les aislan e incomunican con su entorno y se saltan esa maravillosa y también formadora etapa de grupos capaces de enseñarnos a convivir en sociedad y no como un homo sapiens aislado y por tanto vulnerable ante la vida.
Algún lector me sugirió, escribir sobre aquellos juegos que formaron parte de nuestras vidas y que hoy tanto se necesitan. Bueno, me dije, pero primero vamos a recordar un poco como por aquella época, cada cual , en sus juegos, se creaba un oficio de fantasía que con seguridad perdura en muchos.
Por lo que a mi respecta, imagino que mis oficios se iniciaran con el Conde de Montecristo.
El Conde... fue, si la memoria no me falla, el primer libro que me regalaron. Me lo obsequio mi tía Raquel en una de aquellas distribuciones que cada Día de Reyes hacia entre sus sobrinos.