miércoles, 19 de marzo de 2014

Un cierto estudio de las pintografías



Acabo de regresar de una expedición arqueólogica. No es que estuviera buscando pirámides de la dinastía de Tutmosis II, templos mayas o fortalezas celtas. En definitiva todas esas construcciones terminaron hechos una ruina y llenas de turistas.

Mi búsqueda arqueológica fue mucho más modesta, en Cuba. Nada de columnas dóricas ni monumentales estatuas. Ustedes lo imaginan; aquí, aparte de pedazos de barro cocido y espinas de pescado, los indígenas solo nos legaron en las paredes de las cuevas trazos y dibujos.

jueves, 6 de marzo de 2014

Fisuras en la dignidad ciudadana.



Hoy los invito a reflexionar conmigo.
Deseo razonar sobre la dignidad humana y el valor que representa para el individuo y para la sociedad ese mérito inherente a todo ser humano y que a la vez personifica el respeto a nuestros semejantes, tanto en su accionar como en su espiritualidad.
De hecho la dignidad humana es un valor
inviolable e intangible inseparable del ser humano que permite modelar, cambiar y mejorar nuestras vidas.
Digo esto porque por historia y tradición el camagüeyano ha cultivado esos valores que incluso y no por casualidad se encuentran integrados al escudo de la ciudad, donde aparecen castillos y leones rampantes que determinan nobleza y abrigo al desvalido y que se hallan a la vez protegidos por el manto de la dignidad que arropa el emblema. Ese es el sello que nos enorgullece cuando las personas en su manera de comportarse, lo hacen con decencia, caballerosidad, nobleza, decoro, lealtad, generosidad, hidalguía y pundonor.