En
realidad el tema es no ser gracioso, sino caer en gracia, y que
sepamos no siempre la crítica periodística cae en gracia. Como
regla, hoy en día el ejercicio de la critica periodística en Cuba
aun choca la más de las veces con los resultados de una cultura cada
vez más decadente ante la critica que obstrucciona la capacidad de
asimilarla, en este preciso minuto en que el espíritu revolucionario
rompe las trabas del secretísmo, el burocratísmo y el mongolismo del
monopolio de las comunicaciones sociales.
A
pesar de esa corriente adversa, la nueva visión del mundo que nos
rodea obliga a un periodismo que haga llegar de alguna forma a la
reflexión. Por años luchamos con el escudo de la discreción
comprensible a causa de las amenaza de los tantos enemigos de la
Revolución, pero para algunos ese escudo fue la perfecta cobertura
para la depredación y por eso lo mismo era secreto de estado la
compra de un tanque de guerra que el precio de las pizas de queso en
la ecochinche de la esquina.
Hace
muy poco publicamos los fueros y desafueros acumulados por diversos
organismos a lo largo del 2016 en la sección Catauro, incidencias
producto de quejas de lectores insatisfechos, defraudados o
desorientados y por las respuestas de las propias instituciones a
esos señalamientos. Entre quienes encabezan la lista se hallan
Acueducto y Alcantarillado, Comunales, la Vivienda, etc, etc. cosa
nada extraño si tenemos en cuenta el protagonismo y
responsabilidades en nuestro quehacer cotidiano de esos organismos.
Por supuesto que en la parte de allá hubo “hociquitos” y ceños
fruncidos porque si de verdad tiene el cubano algo bien establecido
es el gusto por la critica, siempre y cuando sea para el otro. Eso no
falla.
Luego,
el
pasado 14 de enero, escribimos en un comentario de Catauro que; “A
lo que parece, Acueducto y Alcantarillado andan de correcaminos por
esta o aquella zona de la ciudad solucionando tupiciones, pero sin un
programa que permita ir metódicamente limpiando alcantarillas. En
realidad son cosas urgentes las que trata de solucionar. Pero, ¿es
siempre lo urgente lo más necesario?”. Hubo comentarios ácidos
porque, ¿cómo es posible que el periodista no sepa que existe un
programa, un proyecto, una planificación, una estrategia. Qué es
eso de andar de correcaminos?.
Sin
embargo, cómo no invitar a la reflexión para afinar la puntería
cuando todos sabemos la situación del alcantarillado de la ciudad y
de los pobres recursos que tiene a mano esa empresa para enfrentar la
situación. Hay cosas ya que tienen que cambiar porque si hasta ahora
la estrategia aplicada no ha logrado soluciones, esa estrategia debe
ser cambiada. Y sí, por años la empresa de referencia se ha
desgastado e “incinerado” cuadros de dirección sin avances;
tengamos en cuenta que con cada año la red de suministro y
evacuación de aguas es mas vieja y la ciudad mas grande. Por eso, si
la planificación aplicada hasta hora no ha resultado, hay que
cambiarla desde la raíz.
Dejémonos
de orgullos infantiles, de temor a equivocarnos, de eludir
realidades. (que nos disculpe Acueducto por tomarles como material de
estudio porque el tema va dirigido a todos por igual y cada cual sabe
lo que le toca en esto ) Rectificar es de sabios, aprendamos que los
errores lo son según como se miren;todo error es en realidad un
nuevo punto de partida, una experiencia de lo que diseccionamos lo
bueno y lo malo. El caso no es pedir la palabra para justificar, sino
para reconocer y avanzar, de no aplicar esta filosofía volvemos a lo
mismo de lo mismo una y otra vez y de verdad, todos nosotros
coincidimos en que ya estamos mas que agotados y desgastados de
seguir haciendo lo mismo. ¿Cuesta tanto trabajo proponerse un cambio
de pensamiento y acción? .
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