martes, 7 de febrero de 2017

En Las Veguitas, ¿ se “trancó el dominó”?·


Nadie sabe cuando surgió Las Veguitas y muchos menos porqué en ese lugar donde nunca jamás parece que existió vega alguna de tabacos. Lo primero fue, parece, el ingenio azucarero Bainoa, cuyos restos aun se hallan dispersos en el bosque y a espaldas del poblado, entre la Sierra de Cubitas y el llano del sur, el río Jigüey sinuoso y cubierto por un bosque de de majaguas que en florescencia tiñen de sangre las aguas.
Situado en los confines del este del municipio Esmeralda, casi sobre la frontera con el territorio cubitero, Las Veguitas tomo impulso por la década de 1970 a partir de la explotación forestal y con el trabajo agropecuario de la granja Osvaldo Sánchez Cabrera. También la promesa de un desarrollo turístico en el entonces Parque Nacional Alfredo Álvarez, Mola, situado a corta distancia, motivo una esperanza de bienestar que con lógica impulsó el aumento de su población e instalaciones sociales de atractiva solvencia.
 
Fueron estas condiciones las que levantaron en la comunidad una peculiar identidad con su entorno cuyo patrimonio hoy, forjado en aislada pero constante lucha, constituye tenaz esfuerzo de supervivencia contra el olvido, incluyendo aquel sueño de desarrollo en las perspectivas del Centro Turístico de la Cueva del Indio a donde llegaba una cierta cantidad de turistas extranjeros; al cabo ese proyecto se abandonó y hoy aquel espacio es en la actualidad una dolorosa ruina.
Lo que dice “el niño”.
Primitivo Ruíz Rodriguez, “El niño” como se le conoce en la comunidad y en todos los montes del entorno, anda buscando sus 69 años en la cabina de un asmático tractor que es en la actualidad santo y seña de Las Veguitas. Avecindado en el lugar desde sus primeros doce años de vida, Primitivo dice haber vivido los mejores años de la comunidad cuando las tierras de la granja abastecía de viandas y vegetales al municipio y cientos de cabezas de ganado ocupaban potreros hoy borrados por el marabú “Con doce años vine a desmontar estas tierras para la granja, eso fue por el año 62. Tuvieron que permitir que trabajara porque no tenia quien mantuviera mi familia. Esas cosas que parecen olvidadas hay que enseñárselas a los nuevos porque la vida no siempre es tan fácil. Aquí las cosas han cambiado, como quien dice, “se trancó el dominó”.
Quedan pocos vecinos tal vez 15 casas, desde hace mucho no hay transporte. Utilizamos un grupo electrógeno para el alumbrado, pero se rompe con frecuencia y como ves, pasamos el fin de año a oscuras. El camino es un infierno y cuando caen un par de gotas de agua nos quedamos aislados Mira, de todo esto y lo otro será mejor que hable el Delegado”.
 !Que bárbaro, Bárbaro!.
La circunscripción 30, que no pertenece a consejo popular alguno en el municipio Esmeralda, ocupa una extensa área del extremo occidental de la Sierra de Cubitas que va desde Los Gúiros al paso de Las Amarillas con sede en Las Veguitas. A pesar de ese espacio hoy cuenta con solo 63 habitantes debido a un constante éxodo de familias, en especial jóvenes hacia otras comunidades del entorno de la ciudad de Camagüey y la propia Esmeralda. La edad promedio de los que quedan en Las Veguitas es de algo mas de 50 años. La proporción preocupa pues entre jóvenes y niños solo hay cinco menores de edad.
Ya de aquí por lo menos deben de haberse ido alrededor de 25 familias, ---recuenta Bárbaro Pérez Guerra, el Delegado de la circunscripción que hoy parece transitar por las siete aguas calientes----. Todas nuestras dificultades parten de dos problemas básicos, la falta de electricidad y el aislamiento a causa del mal estado del camino. A partir de allí todo se nos enreda. Contamos con un grupo electrógeno que estuvo roto casi por ocho meses hasta que hace poco trajeron otro de menor capacidad pero no funciona muy bien:, nuestro círculo social fue arrendado a particulares pero como en esta comunidad no hay mucho movimiento comercial, tuvo que cerrar; el equipo convertidos de electricidad en en nuestra sala de vídeo está roto desde hace un año, al igual que el del consultorio médico y el de la escuela que el pasado año no funcionó.
Hace más de doce año no hay transporte, hubo momentos en que se puso una guagua con un tractor, luego se adaptó un camión, también se buscaron alternativas con organismo para que una vez a la semana nos apoyaran, eso tampoco funcionó y nosotros que estamos a 30 kilómetros de Esmeralda nos quedamos aislados. ¿Qué cómo resolvemos?, pues salimos en carretones, a caballo, en bicicleta, a pie, en lo que se pueda.
Tenemos un teléfono de baterías, así que cuando alguien sale a Esmeralda o a donde haya electricidad, se le da el equipo para cargarlo allá, de regreso solo lo utilizamos en casos precisos para alguna información o gestión, no me hables de teléfonos celulares porque aquí solo hay cobertura en algunas partes”
Primer ejemplo de identidad
Neida Acosta Recio, tiene doce años y estudia en la Escuela de Oficios Antonio Suárez Domínguez, en Jaronú, Ella aspira a ser médico o periodista, aun no lo decide, pero lo que si ha decidido es su amor por el territorio como ejemplo de la identidad de los vecinos de Las Veguitas por su patria chica,
Aquí está mi familia y mis amigos, me he criado aquí y me gusta el lugar, el paisaje y la gente- El camino y la falta de electricidad son dos cosas que nos preocupa a todos pues a pesar de lo que se hace, no ha tenido solución.
La Maestra que no se va
Mi escuela de multígrado es la Osvaldo Sánchez Cabrera, llevo en ella quince y tengo cinco alumnos. A veces he pensado marcharme de aquí porque este es un lugar que se hace cada vez mas difícil, pero pasa el tiempo y me quedo con mis alumnos a quienes sé que no puedo abandonar porque, ¿quién vendrá entonces?” Con marcado sentimiento Margarita Recio, la maestra, que es a la vez esposa del Delegado , nos hace un recuento de calamidades, pero sobre eso aparece la disposición de luchar en este lugar hasta lo último., “Ya solo quedamos los que nos vamos morir aquí”, dice. 
 Si algo bueno hay en esa comunidad es ….
En la opinión de Delfina Rodriguez Santana, presidenta de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Esmeralda, Las Veguitas es, aparte de ser una comunidad compleja , está muy aislada pues el lugar no cuenta con base productiva alguna que permita apoyo para su desarrollo, salvo instalaciones estatales básica de servicio social, como una tienda. En el orden laboral solo existe, señala la presidenta, una parte de la granja militar aunque ella no se encuentra en el territorio del municipio.
Como por años la situación del camino ha resultado de muy difícil solución para el gobierno local, la presidenta nos ofrece una cuidadosa relación del presupuesto económico para estas importantes obras, algunas de las que podrán ser resueltas durante el presente año. También señala los problemas con la electrificación del territorio.y explica una posible variante de llevar las lineas eléctricas desde la comunidad de Banao, en el municipio Camagüey, distante apenas diez kilómetros de Las Veguitas. Por otro lado reconoce que aunque se le dio mantenimiento a la estructura del consultorio médico, existen dificultades con el mobiliario del lugar.
Si algo bueno tiene Las Veguitas es su identificación y su sentido de pertenencia, eso se reconoce y todos los procesos allí desarrollados se llevan a cabo con buenos resultados--- abunda la presidenta convencida de que en realidad aquella distante comarca tan apartada de todos y de todo, bien merece un justo esfuerzo para su desarrollo


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