jueves, 17 de enero de 2013

Vamo a dar cintura lo do



Hace muchos años, un insigne colega acuñó la frase Churricultura para dignificar esa magnifica corriente musical que navega entre lo churresco y el arte kirch, pero que se mantiene como paradigma de compositores, churricantantes y parecidos productores y promotores de radio y televisión.

En realidad existe una infinita cantidad de bailes y estilos y en todos los tiempos unas fueron criticadas más que otras. Pero la sabrosa, la que de verdad nos hace lamentar las causas por lo que los monos descendieron de los árboles para dar paso a homo sapiens, es la Churricultura. 
 
Qué Bethoveen ni Verdi, y ni hablar de Adalberto Alvarez y su Son, toda esa gente son obsoletas en sus obras, anacrónicas en el tiempo, pasados de moda, guarapachosos de otra generación que no estaban en na.


A veces uno tiende a colocar en solfa la muy selecta y pregonada cultura musical cubana, que a pesar de ser promovida por los Medios de Comunicación, a la larga parece estar conservada en formol en algún Social Club nutrido por unos pocos ciudadanos bailando el Bombín de Barreto. Lo que se multiplica como la verdolaga es esta corriente musical churriculturosa diseminada como aerosol matamosquitos cuyo ritmo usted la puede encontrar en un acto infantil de fin de curso, en una fiesta de quince, en una ceremonia de doctorado o en una despedida de duelo.

Por supuesto que como epidemia al fin y al cabo la contaminación se extiende, por eso es común encontrar en todos esos programas churripayasos, churrimaestros de ceremonia, churrilocutores y churrioperadores de audio que son los que más gozan. 
 
Como la nueva onda musical tiene numerosos cultores, es lógico que exista una gran competencia de cantautores para ganar el favor del antipúblico. Cada cual busca siempre ofrecer efectos novedosos que permitan remover la pasión y el romance de un nuevo capítulo. Observen la letra de esta genial composición poética que logró unir en apretada simbiosis al amor con el deporte, pues liberado el cantante de algún triángulo pasional invita a su compañera a introducirse en el mundo de la gimnasia rítmica; “Ae, ae, aeooo /si tu marido te dejó / vamo a dar cintura lo do / lo do / lo do /a dar cintura lo do / ae, ae, aeooo”
¿Conocemos otro caso de parecido patrimonio cultura como este?. Nuestro insigne González Allué se hubiera muerto antes de envidia de haber conocido esta inspiración. 
 
Por otra parte no hay dudas del efecto que han logrado en la conciencia de estos compositores nuestras campañas insípidas, insistentes y constantes en favor de la mujer. El razonamiento inculcado llega a favorecer a la mujer cubana al extremo de escribir obras como estas;
“ Eres una giribilla bandolera / una atracanauta del amor / una jodida jineteras que te mereces un gaznatón” ¿Lo ven?. Luego de eso ya no hay nada que hacer como no sea evocar con nostalgia los tiempos de la Santa Inquisición para poder invitar a una gira de trabajo al ilustre Torquemada, artífice de la quemasón de diez mil herejes. Cosa que podria venirnos muy bien por estos días.
 Lo doloroso es que los churricultores en sus comienzos formaron parte de nuestra legitima sociedad. Se educaron en los iguales colegios que todos nosotros. Tuvieron las iguales oportunidades de superarse. Pero me temo que ellos arrancaron con ventaja en la vida. Bastó conque tuvieran una voz de papel de lija, que aprendieran a utilizar frases de impacto capaces de ser analizadas por la corteza cerebral de quienes tienen menos de dos dedos de frente para resolver la ecuación que plantean algunas der sus canciones, por ejemplo; “Oye mamita / si te gusta la moringa yo te voy a dar con la ..... la la la la”. Y dejan la solución en el aire, para que cada cual saque sus propias conclusiones. 
 
Considero que la Churricultura no fuera completa si el cantautor a la vez no fuera capaz de salir en ripios ante la pantalla de la televisión o subir en esa atractiva facha a los escenario, por supuesto que con espejuelos oscuros aunque sean las doce de la noche.Así que el desvestuario es parte de esa corriente culturosa. El gesto soez. La facha guaposa. La mirada torcida. La cara de ganster malcomido. 
 
Hoy existen personas inconsecuentes que dicen no comprender el espiritu emprendedor de las letras de esas canciones. Unas porque no oyen con claridad lo que dicen los cantantes, cosa que no importa para nada pues a veces lo que para uno es “tevoacogepoel cuello papatearte el buche” para otro significa “tevoacoser el aquello pa pagarte erdulce” ¿Y acaso no será; “eres como el hogar del cielo para adorarte esta noche?”
Precisamente eso es lo bueno, porque con una sola canción tienen a mano versiones que cada cual entiende a su modo y manera.

Claro, no seamos tontos, algunos se superan así mismo, y por eso siempre hay mejores obras. Admiro a los que con un movimiento de brazos, como quien va a sacarnos una patada voladora de primer dan, se encima al micrófono y nos amenaza diciendo con voz de vagina;“Grafff, ufff, ufff, ooouuugraff” . Eso es lo máximo.
 
Por supuesto, como vivimos en un país democrático hasta el desespero, cada cual puede interpretar lo que quiera de la música churriculturosa.Para eso es la libertad de expresión. ¿Y quienes somos nosotros, ignorantes de la Churricultura para criticar esta corriente contemporánea y lo que ella ya está representando en parte de nuestra juventud?. 
Lo peor está por venir, pues por ese camino que nos depara el futuro inmediato,lo único que ahora nos falta es el el diluvio.

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