viernes, 29 de marzo de 2013

Del Siglo de las Luces en el Camagüey



La época y el momento.
La solvencia del siglo XVIII fue transcrita en el periodo de la Ilustración. Esta fue la época histórica del movimiento cultural e intelectual nacido en Europa y desarrollado desde fines del siglo 17 hasta el inicio de la Revolución francesa, aunque en algunos países se prolongó hasta los primeros años del siglo 19. Fue denominado así por su declarada finalidad de disipar las tinieblas de la humanidad mediante las luces de la razón. El siglo XVIII es conocido, por este motivo, como el Siglo de las Luces. La expresión estética de este movimiento intelectual se denomina Neoclasicismo.


Ese siglo constituyó una época del progreso de los conocimientos racionales y de perfeccionamiento de las técnicas de la ciencia. Fue un período de enriquecimiento que potenció a la nueva burguesía, que si bien mantuvo los derechos tradicionales de los sectores privilegiados dentro del sistema monárquico absolutista, se caracterizó por su fe en el progreso y en las posibilidades de los hombres y mujeres para dominar y transformar el mundo. Los ilustrados exaltaron la capacidad de la razón para descubrir las leyes naturales y la tomaron como guía en su desarrollo científico propugnando la libertad frente al abuso de poder del absolutismo, la rigidez de la sociedad y criticó la intolerancia en materia de religión.

La familia y la estirpe.
Construida precisamente en ese período medio entre los siglos XVII y XVIII, la vivienda enclavada en una de las esquinas de la calle Candelaria y el callejón de La Bomba, (1) y próxima a una de las cinco plazas fundacionales de Santa María del Puerto del Príncipe, pasó a ser el palacete de la estirpe condesal de Villamar, cuyo primer titular, Don Santiago Hernández Rivadeneira, natural de Castilla León se casó con una hermana de la principal propietaria del edificio, Doña Catharina Gabriela Piña y Campos.

El heredero del titulo nobiliario, José Miguel, nacido en Puerto Príncipe sobre el 1787, fue alcalde ordinario de la villa, Coronel de milicias y por sus méritos a las coronas de España y Francia recibió la Orden Isabel La Católica y la condecoración de La Flor de Lis de La Vendeé. Al paso de los años la vivienda tuvo diferentes propietarios hasta que finalmente en junio de 1927, la casona fue adquirida por la entidad de la Gran Orden de La Perseverancia, a la que en lo actual pertenece.
Los cambios y lo nuevo.
El palacete, que en lo actual forma parte del patrimonio de la burguesía criolla de la época, acusa la influencia hispano – musulmana predominante de ese periodo arquitectónico en nuestra villa. A pesar de las muchas alteraciones que sufrió en el decursar de los siglos en la obra perdura la carpintería exterior, la puerta española de postigo, rejas de hierro, techos de armadura en la sala y los tres arcos mixtilíneos en esa habitación, 
 
En 1914 sufrió una transformación capital al modificarse la fachada, cambiaron los techos de las habitaciones y se agregaron ventanas por la calle Independencia. Luego, en 1935, se le hizo una salida por San Clemente y cuatro año mas tarde se modernizo la red hidrosanitaria. 

 La obra y la escuela.
En estos momentos los alumnos de la Escuela de Oficios Francisco Sánchez Betancourt, de la Oficina del Historiador de l Ciudad de Camagüey, tienen ante sí su más importante reto, la restauración del palacete de los Villamar, obra que en la práctica representa una especie de “prueba de fuego” para estos estudiantes de ocupaciones tan disímiles como albañilería, forja, carpintería, pintura mural y arqueología, entre otras especialidades encaminadas hacia el certificado de obrero calificado en restauración, piedra angular en el programa emprendido por la Oficina para la recuperación y conservación de la ciudad.

----El interés principal para rescatar esta vivienda es que es una de las pocas existentes del siglo 18 en la ciudad, ---apunta Niury Lages Navarro, Máster y profesora docente de la Escuela de Oficios---, Entre las principales acciones que se ejecutan se encuentra la sustitución de las soleras de madera que están en mal estado y la aplicación de revestimiento en los muros con masilla a base de cal y cemento, púes los restauradores tenemos en cuenta los materiales con los que se trabajaba en aquella época y que era a base tercio y cal.

Añade la profesora que la obra es una de las más complejas emprendida por la Escuela, ya que se trata de una rehabilitación integral para conservar lo más antiguo, incluyendo los techos donde se trata de aprovechar la madera original. Por supuesto que eso hace más engorroso el trabajo, añade.

Por su parte la directora de la Escuela de Oficios, la Máster María de los Ángeles Galera del Risco, hace un breve recuento de la presencia del alumnado en otras obras tan complicadas como la capilla de Nuestra Señora de la Soledad y la vivienda de San Fernando 2, así como en inmuebles de la Avenida de La Libertad. ---En lo actual vamos ya por la sexta graduación de estudiantes captados entre alumnos de noveno grado, aunque para las especialidades de arqueología y pintura mural se requiere el grado doce.

---Como se ve es una tarea muy compleja debido al estado en que se encontraba el edificio, las alteraciones sufridas y los materiales empleados en su construcción. Sin embargo se trabaja con mucha dedicación y a pesar de lo fuerte y difícil la restauración avanza. Todos estamos muy enamorados de esta obra.
  El sueño y los tiempos.
El proceso constructivo de nuestra ciudad se consolidó a partir de los finales del siglo XVII con el aumento del número de viviendas de ladrillos y otros a materiales que permitieron mejorar las obras, y utilizar con arte el uso de la madera en techos, puertas y ventanas, elementos que dieron paso a un proceso alcanzó su mayor expresión hacia el mediodía del siglo XVIII en lo que a la arquitectura urbana y a grandes edificios se refiere. Afirman los especialistas que la arquitectura que hoy enorgullece a la ciudad responde a las obras del XVIII, presencia que desde sus orígenes simbolizan al Camagüey.

De allí la atención de la OHCC a este quehacer que en manos de especialistas y estudiantes de restauración imbrica los tiempos románticos del Siglo de Las Luces con el fresco tesón de la juventud del XXI. No siempre tenemos la oportunidad de ser testigos de un espectáculo tal.

1.- Actualmente calles de Independencia y Raúl Lamar. 


Fotos; Otilio Rivero Delgado

2 comentarios:

  1. A preparacao para o embate da abertura nas riquezas de Cuba deve ser uma prioridade de todos os sectores cubanos que amam o seu lindo pais e nao o querem ver nas maos de empresas estrangeiras.
    Os mais bem informados tem mais responsabilidade

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  2. Ya se termino de rehabilitar ese edificio. Amo lo que se vio en el reportaje. Por favor tienen fotos despues del remozamiento. Gracias por adelantado y que tengan buenas noches :-)

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