lunes, 22 de julio de 2013

Y ahora voy a escribir un tango



Supongo que me sucedió lo mismo que cuando a Newton le cayó una manzana en la cabeza para darle la oportunidad de descubrir los elementos de La Ley de la Gravedad.
A mi no me cayó una manzana en la cabeza pero casi me arrolla un bicitaxi. 
 
Viene el hombre embalado ensimismado en un reguetón de lo peorcito escuchado. Yo que voy a cruzar mirando para el lado de la calle por donde se supone (error fatal) que debe venir el tránsito, pero él, con esa tipicidad que caracteriza a algunos de su gremio rodaba desde el otro lado. El frenazo. El susto. El salto hacia la acera. Alguien le grito “!Animal!”Y como si con él no fuera. “!Hay quemirapatóaparte!”. Ladró y siguió en su pedaleo calle abajo llevándose de paso los efluvios de su musicosa.

viernes, 5 de julio de 2013

¿Los años sirven?



¿Qué creen que nos van a enseñar? ” , comentó con sorna alguien cuando una mañana entró como un grupo de gorriones alborotadores los primeros egresados universitarios incorporados a nuestra plantilla.


En realidad nos movieron la seráfica quietud de la redacción. La misma redacción donde hace cuarenta o cincuenta años entramos con el igual impulso de juventud con ganas de hacer y decir, imaginando nuevos estilos y buscando cada cuál su aventura en la profesión.

Me pregunto ahora cómo o porqué llegaron a las aulas universitarias estos jóvenes de ahora, mientras nosotros acá correteábamos por terraplenes polvorientos de macisos cañeros, o nos hundíamos hasta los ejes en los pantanos costeros tras carboneros y macondos perdidos.