miércoles, 27 de diciembre de 2017

Para que tu lo bailes.


Para días como estos de fin de año, no he conocido a nadie que haya hecho al menos un buen propósito de cambio en su vida o que se recrimine con el aquello de; !Caramba, como se me ido el tiempo!.
Vamos por parte.
Lo primero. Los propósitos están muy bien al momento de suscribirse y hasta les damos toda la seriedad que merecen. Sin embargo ya se sabe que estas buenas intensiones, cualquiera que sean, no pueden prenderse con alfileres pues nada sirve para nada si detrás no hay acciones concretas de hacer que va mucho mas allá de solo pensar.
 

La lista de aspiraciones que nos permita mejorar algo de la vida puede ser infinita, pero de ellas muy pocas se llegan acaso a cumplir. En realidad y a la hora del compromiso de yo con yo, algunos de estos deseos nos parecen sencillos de hacerlos realidad. Por ejemplo; saber decir más a menudo “no”; dejar de tomar como algo personal las críticas que nos hacen; sonreír despreocupadamente cuando al final del mes la dirección de nuestro centro de trabajo no nos da la estimulación que esperábamos. ¿Verdad qué parecen compromisos fáciles de cumplir?. Pruebe para que vea.
Un buen tema de fin de año seria a aprender a dejar de hacer propósitos que no vamos a cumplir.
Las ideas de peso completo ya requieren una mayor fuerza de voluntad y por eso pocas veces se realizan aunque cada año están en la lista de pretendientes, por ejemplo. Ser más disciplinado para las cosas que me propongo; sonreír más y quejarme menos; No envidiar lo que tiene mi vecino; dejar de creer que somos el ombligo del mundo; ayudar mas a mi pareja en los quehaceres domésticos; ser menos egoísta. Como usted ve, a simple vista parecen cosas nada difícil de cumplir. Muy bien, escoja uno de ellos e incorpórelo a sus propósitos de este año y luego saque sus conclusiones
Confieso que al menos hace 40 años que me estoy comprometiendo a tratar de ser mas simpático entre mis compañeros de trabajo. Negativo sigo siendo el mismo aguafiestas de siempre.

Lo segundo .En cierta ocasión alguien preguntó a Galileo Galilei cuantos años tenia. Ocho o diez, aseguro el insigne científico. Y luego explico; Tengo los años que me faltan por vivir, porque los vividos ya no los tengo, como no se tienen las monedas que se han gastado
Por esto conviene disfrutar cada día como si fuera el último. El ayer ya se fue y el mañana no ha llegado; ¡Aprovecha el Hoy! Pero sucede que por lo general nos quejamos de que el tiempo sin tiempo nos ha dejado cuando en realidad somos nosotros quienes lo dejamos ir y esto por lo general se debe s que todo lo vamos dejando para mañana, para luego, para después, y sucede que mañana, luego y después nunca llegarán por esta realidad de quedar todo en el futuro.
De todas formas siempre estimula saber que con el aquello de año nuevo, vida nueva, somo capaces, al menos de tener buenas intenciones con independencia de cumplirlas o no y lo mas importante, aunque el tiempo transcurra de prisa, los encuentros de fin de año dejan eternos instantes n nuestros corazones porque no es que lleguemos a un momento de la vida, o a una de las estaciones del año, llegamos en verdad a un estado de paz y generosidad del espíritu en el cual comprendemos que se cambia de casa, de ropa, de zapatos, de mes, de trabajo, de año; pero nunca de familiares y de amigos. ¡Feliz año nuevo!
¿Cuál sera su principal propósito para el 2018?

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