lunes, 15 de julio de 2019

!Cuidado, tenemos un tsunami en la calle!



Fue como una explosión. Informaciones, declaraciones y comentarios circularon con rapidez e impacto en poco tiempo. Tiempo aprovechado desde el primer minuto para que cual sacara sus cuentas. Porcientos y posibilidades de ganar mas y mejor. !Ñoooooooooo!, pensamos todos a una. !Por fin!. El aumento salarial fue como quien dice de lo real a lo Maravilloso con pasaje de ida y vuelta, porque como cantó Serrat, uno creyó que los había matado el tiempo y la ausencia.
Es cierto que la mejora salarial nos llego en tiempos de cólera y por ello fue menos esperado. Cólera. digo, contra . quienes pretenden doblegar al pueblo cubano acorralando sus sueños, solo que desde hace mucho sabemos que para seguir adelante necesitamos dedicarnos a la fragua. Por eso precisamente la buena noticia del estimulo salarial nos llegó en un momento de tensión política y económica, enfrentada con la voluntad que nos han enseñado sesenta años de resistencia con el pie en el estribo. 
 

Pero el estampido que en alguna forma le dio la vuelta al mundo en canales noticiosos convencionales o no, el alegrón inicial, se ha visto empañado por un cuadro de fiebre que como tsunami ruin trepa oportunista y descarado a la vista de todos y que aun hoy, su presencia parece invulnerable.
Se multiplican de la noche a la mañana aumentos de precios en una descocada carrera pancista que amenaza contaminar sectores privados o estatales. (Y que de hecho los contamina) Alza de precios aprovechando la llegada de los mejores salarios que, de continuar esta estampida, el aumento salarial no será tal, sino lo mismo.
No es momento de arrojar leña al fuego, pero es realmente cierto que aquellos polvos nos traen estos lodos. Por años la población quejosa denuncio el balancín de los precios que en definitiva nadie atajaba y que a pesar de regulaciones y normas, muchos hacían papel mojado de estas disposiciones que de haberse aplicado en su momento hubiera creado culturas del respeto a nuestra economía. Entonces no paso nada y en días como hoy el disparo de los precios es el resultado de aquel dejar hacer porque, como ha pasado en mas de una oportunidad, por batirnos con lo urgente dejamos de hacer lo mas importante.
Es cierto que la población debe enfrentar y contribuir a limpiar este ambiente, pero debemos reconocer que la responsabilidad pertenece a funcionarios creados para combatir delito de adulterio de precios, estafa de productos y oportunismo como el de ahora. Organismos con mandato suficiente para intervenir pero que hasta ahora aparte de buenos propósitos no se sabe que hayan realizado acción alguna.
Por otro lado es bien cierto que la red comercial en todas sus versiones necesita ser saneada desde la raíz y en cuyas trastiendas se cocina muchos de los problemas que lastran la eficiencia, el servicio y la calidad de nuestro diversificado comercio, que en algunos casos tal pareciera coto particular de caza para oportunismo y ganancia, como ahora sucede con este invasor tsunami de precios, y por supuesto, la natural irritaciones en la población.

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