lunes, 18 de noviembre de 2019

¿Quién sabe como suena Camagüey?




En realidad no parece que en nuestra ciudad se conozca mucho sobre música escandalosa, ruidos, gritería y similares. A abundante en ejemplos de personas quejosas que ya no saben a donde volverse he llegado a la conclusión de que en la práctica los que deben saber no saben como suena Camagüey.
Una breve encuesta aleatoria realizada en el centro de nuestra ciudad a transeúntes de todas las edades y sexos, trabajadores de unidades gastronómicas (escandalosas por demás) nos dijo que; el 85% de las personas considera que cada vez hay mayor nivel de ruido en la calle y a toda hora; el otro 15% considera que no siempre hay ruidos, pero los hay: el 64% aunque saben que existen desconoce qué dicen y cuáles son estas leyes y regulaciones contra el ruido; el resto de ese por ciento apenas si saben algo sobre el particular. Lo interesante es que entre los “ruidosos” un elevado por ciento reconoce que así disfrutan más de la música. Otro significativo número señala que aunque sufren el ruido no saben a dónde dirigirse para quejarse, y por supuesto, otros que se han quejado ante esta o aquella autoridad nunca han recibido respuesta.
 
 ¿Suena entonces o no suena la ciudad de Camagüey?
Les confieso que había preparado un largo trabajo periodístico sobre la contaminación sónica, para reiterar lo que significa el exceso de sonido que altera las condiciones normales del ambiente y de las personas y todas las enfermedades como sordera, nerviosismo, insomnio, estrés, agresividad, mareos, falta de concentración, etc. etc. pero dada la situación en la que vivimos deduzco que mas que una orientación periodística para el buen vivir, lo que nosotros necesitamos es un turno médico
Es real que en Cuba el fenómeno de la contaminación sonora se mueve en una realidad que va desde indisciplinas sociales hasta laxitud en hacer cumplir leyes y regulaciones pasando por aquellos que consideran que tal proceder ”bullanguero” se debe a un estado de gracia de nuestra forma de ser.
Según notas de prensa, del aire, del agua y de los residuos sólidos, el ruido es considerado el cuarto agente contaminante para la salud de todo ser vivo, incluyendo las plantas, así que dadas las implicaciones de este fenómeno en la calidad de vida del hombre, es el Ministerio de Salud Publica quien ha de prestar atención al tema, aunque una parte significativa de casos son vistas de conjunto con el CITMA por ser este el organismo rector en la materia.
Coloco el ejemplo de las pistas de baile, discotecas y sitios de diversión donde la música suele escucharse excesivamente alta y como es de suponer se incumplen todas las normas establecidas. 
 
Otro ejemplo para saber por donde andamos es el Decreto Ley 141/1988 que en su Articulo 1 señala que: «contraviene el orden público quien perturbe la tranquilidad de los vecinos, especialmente en horas de la noche, mediante el uso abusivo de aparatos electrónicos, o con otros ruidos molestos e innecesarios; realice fiestas en su domicilio después de la una de la madrugada turbando la tranquilidad de los vecinos, sin permiso de las autoridades competentes».
Sin embargo, dígame usted, ¿Suena o no la ciudad de Camagüey?.
En Cuba existe una buena colección de Leyes y regulaciones para enfrentar ruidos en la vía publica, zonas escolares y hospitalarias, y entre ellas la Ley 81/97 certifica que es el CITMAes la entidad facultada para realizar inspecciones e imponer medidas correctivas de adecuación a las disposiciones ambientales, fijar el plazo para cumplirlas y poner en conocimiento de la Fiscalía General de la República las acciones u omisiones que puedan constituir delito, mientras que el Decreto Ley 141/1988 advierte que "contraviene el orden público quien perturbe la tranquilidad de los vecinos, especialmente en horas de la noche, mediante el uso abusivo de aparatos electrónicos, o con otros ruidos molestos e innecesarios; celebre fiestas en su domicilio después de la una de la madrugada turbando la tranquilidad de los vecinos sin permiso de las autoridades competentes".
En definitiva son responsables de enfrentar la contaminación sonora las unidades municipales de Higiene y Epidemiología y en casos excepcionales de inconformidad, solicitar revisión ante el Centro Provincial de Higiene y Epidemiología del MINSAP o a la delegación del CITMA, pero he ahí el dilema, hacer o no hacer porque mire usted que a las diez de ultima la pelota cae entre los dos files.
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