En
realidad y mirando bien el mapa hacia el noroeste de la ciudad de
Camagüey el reparto San Rafael ocupa un espacio complicado.
Encuadrado entre las comunidades de La Mascota y Alturas del Cerro,
con una linea ferroviaria que divide en dos diferentes aristas la
circunscripción 147 del Consejo Popular Agramonte – Simoni, San
Rafael logró una cuestionada dimensión que desde sus inicios no ha
dejado de enfrentar contratiempos con la obra no concluida de su
urbanización y con la proximidad de la centenaria fábrica de Tejas
Infinitas, cuyos residuales y otros dramas que hoy afectan a la nueva
comunidad parecen siempre ir a sumarse a las vueltas de una noria sin
fin.
Error
con error se paga.
Permítanme
decirles que no es la primera vez que la prensa se ocupa de este
asunto haciéndose eco del parecer de ese reparto. Documentos sobre
el particular hay muchos y aun en el propio colectivo vecinos
cuidadosos llevan un abultado dossier con todo lo que se necesite
saber sobre las gestiones, consultas, visitas, opiniones, etc, que se
han realizado en el lugar, pero todos sin solución.
Para
algunos el primer error ocurrió cuando al parecer de alguna manera
inconsulta o para nada conocedora del lugar, se planificó y autorizó
levantar viviendas en aquel espacio yermo, cruzado de zanjones que
van a confluir al río Tínima sin tener en cuenta que desde hace más
de cincuenta años allí se levanta a menos de 200 metros del primer
núcleo urbano la factoría cartonera Rubén Martínez Villena
El
segundo error es empeñarse en no admitir la posibilidad de que los
vecinos del lugar sufran los resultados de las emanaciones de gases
contaminantes con presencia de hollín, debido a la combustión de
fuel-oil que desde la planta se lanza al espacio y los residuales
vertidos en zanjas abiertas al vecindario.
Hay
historias suficientes como para considerar que solo tras el
poblamiento y no antes, se tuvo en cuenta el humo y los líquidos
residuales que comenzaron a afectar a la población a pesar de los
esfuerzos de la empresa por minimizar el mal.
Lo
que para luego se deja para luego se queda.
Con
independencia de esta amenaza en un insoluble litigio de años
Osmaida Ayala Mojena, la delegada de la Circunscripción en extremo
extensa para su gobierno, aflora otras preocupaciones para el mejor
vivir de la comunidad.
“ La
urbanización del reparto San Rafael nunca concluyó, nos dice,
algunas obras quedaron a medias y aunque el asentamiento cuenta con
red de alcantarillado solo unas pocas viviendas reciben agua del
acueducto. Faltan aceras y contenes, el parque programado nunca se
hizo y entre las calles nuestra vía principal de acceso se inunda en
épocas de lluvia y nos incomunica, De igual
manera en la calle Sabanilla hay un puente roto a causa del cruce de
equipos pesados.”
A
un costado de la unidad comercial El Penacho nos hemos reunido con un
grupo de vecinos una clara mañana de brisa ligera soplando desde el
noreste. El administrador de la tienda,Orlando Arencibia Barquero,
conocedor de su oficio, considera como punto a favor del barrio la
identidad de los vecinos con el entorno y la familiaridad que entre
todos alivia penas. Una de ellas es este problema que enfrenta la
oscuridad del barrio.
Por
su parte. Lucía Castillo Recio, miembro del grupo de trabajo
comunitario conoce del esfuerzo de la delegada y la ayuda que
necesita; “Este es un reparto complejo por lo apartado que se
encuentra complicado además por la falta de iluminación en las
calles, asevera, y aunque llueven los planteamientos sobre el tema,
es como si siempre estuviéramos pidiendo favores a la OBE”
Los
contrastes del si, pero no.
Por
otra parte y en conjunto el vecindario opina que en San Rafael se
cometen desde hace mucho tiempo ilegalidades en la construcción de
viviendas sin que nadie intervenga en ello, “¿Qué puede hacer
sola la delegada, quien le ayuda a destrabar todos estos problemas
que necesitan el apoyo institucional”, preguntan los vecinos,
porque además, aunque es cierto que el servicio eléctrico es básico
“¿Qué se maneja entonces al negárseles la propiedad de la
vivienda cuando al instalarle la OBE el metro contador ya les esta
dando cierto estatus de propiedad”
Esperanza
Abreu Umpierre, nos cuenta que llegó hace muchos años desde la zona
de Pozo de Vilató, en Sierra de Cubitas. Ella tiene ahora una
modesta pero segura vivienda dotada de alcantarillado y electricidad,
pero no ha podido legalizar su casa. “En cada ocasión me dicen que
no puedo tener la propiedad de la casa porque no tengo la del
terreno. ¿Porqué no se acaban de legalizar situaciones como estas y
liquidar la tensión en que estamos viviendo?”
“Estos
son planteamientos desde el 2009 por lo menos, señala la delegada
Osmaida, y entre ellos están los de las luminarias que necesitamos en
puntos críticos. Por ejemplo frente a la única tienda del barrio no
tenemos ni un bombillo a pesar de que lo hemos pedido muchas veces.
Incluso la venduta aledaña nunca tuvo electricidad y si alguna vez
contó con un bombillo se debió al favor que por cierto tiempo hizo
una vecina al permitir colocar una extensión”.
Presidenta
CDR 13 zona 208, Ludis Nilda Vazquez Quiñones, vive tal vez en lo
mejor del reparto porque fue aquella parte que inició el proyecto de
las obras con esfuerzo propio, así que su casa, como todas las de
esa cuadra, cuenta con jardines, aceras y una aceptable calle semi
asfaltada, pero paradojicamente son esas viviendas las que se
encuentran más cerca de la fábrica de tejas de fibro asfalto .
“Vivir
aquí es difícil pues a pesar de que la fábrica realizó algunas
mejoras sigue el hollín. Existen documentos que certifican el
ambiente de contaminación que aquí existe, pero no hay un esfuerzo
en la proporción que se necesita para erradicar el mal, aunque han
existido intensiones de crear alguna comisión que estudie el tema a
profundidad”. Y entonces Ludis comienza a sacar documentos y
certificados avalados por diferentes instituciones incluyendo la de
un Viceministro de la Industria Básica que junto a especialistas
del Ministerio de la Ciencia coincidió conque la afectación de la
fábrica a ese reparto era real, aunque también es real que el
asentamiento no debió ubicarse en ese lugar.
Hoy
nadie espera milagros
Un
antiguo y revelador provervio castellano dice; “Fíate del santo y
no prendas una vela” para significar de manera aguda y sentenciosa
que la solución a tus problemas deben llegar con el esfuerzo propio
y no esperando milagros. Imagino que la personalidad de San Rafael, y
que en la liturgia católica es intermediario para alejar
enfermedades y proteger novios y peregrinos, si no cuenta con una
congregación unida y decidida poco podrá hacer a base de milagros.
Por ello bien vale encender simbolicamente una vela cada día para
iluminar ese esfuerzo cotidiano que entre todos es necesario realizar
por el bien de la comunidad.
(Fotos;
Otilio Rivero Delgado)
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