sábado, 3 de mayo de 2014

Fíate de San Rafel y no prendas una vela.



En realidad y mirando bien el mapa hacia el noroeste de la ciudad de Camagüey el reparto San Rafael ocupa un espacio complicado. Encuadrado entre las comunidades de La Mascota y Alturas del Cerro, con una linea ferroviaria que divide en dos diferentes aristas la circunscripción 147 del Consejo Popular Agramonte – Simoni, San Rafael logró una cuestionada dimensión que desde sus inicios no ha dejado de enfrentar contratiempos con la obra no concluida de su urbanización y con la proximidad de la centenaria fábrica de Tejas Infinitas, cuyos residuales y otros dramas que hoy afectan a la nueva comunidad parecen siempre ir a sumarse a las vueltas de una noria sin fin.
 
Error con error se paga.
Permítanme decirles que no es la primera vez que la prensa se ocupa de este asunto haciéndose eco del parecer de ese reparto. Documentos sobre el particular hay muchos y aun en el propio colectivo vecinos cuidadosos llevan un abultado dossier con todo lo que se necesite saber sobre las gestiones, consultas, visitas, opiniones, etc, que se han realizado en el lugar, pero todos sin solución.
Para algunos el primer error ocurrió cuando al parecer de alguna manera inconsulta o para nada conocedora del lugar, se planificó y autorizó levantar viviendas en aquel espacio yermo, cruzado de zanjones que van a confluir al río Tínima sin tener en cuenta que desde hace más de cincuenta años allí se levanta a menos de 200 metros del primer núcleo urbano la factoría cartonera Rubén Martínez Villena
El segundo error es empeñarse en no admitir la posibilidad de que los vecinos del lugar sufran los resultados de las emanaciones de gases contaminantes con presencia de hollín, debido a la combustión de fuel-oil que desde la planta se lanza al espacio y los residuales vertidos en zanjas abiertas al vecindario.
Hay historias suficientes como para considerar que solo tras el poblamiento y no antes, se tuvo en cuenta el humo y los líquidos residuales que comenzaron a afectar a la población a pesar de los esfuerzos de la empresa por minimizar el mal.
Lo que para luego se deja para luego se queda.

Con independencia de esta amenaza en un insoluble litigio de años Osmaida Ayala Mojena, la delegada de la Circunscripción en extremo extensa para su gobierno, aflora otras preocupaciones para el mejor vivir de la comunidad.
La urbanización del reparto San Rafael nunca concluyó, nos dice, algunas obras quedaron a medias y aunque el asentamiento cuenta con red de alcantarillado solo unas pocas viviendas reciben agua del acueducto. Faltan aceras y contenes, el parque programado nunca se hizo y entre las calles nuestra vía principal de acceso se inunda en épocas de lluvia y nos incomunica, De igual manera en la calle Sabanilla hay un puente roto a causa del cruce de equipos pesados.”
A un costado de la unidad comercial El Penacho nos hemos reunido con un grupo de vecinos una clara mañana de brisa ligera soplando desde el noreste. El administrador de la tienda,Orlando Arencibia Barquero, conocedor de su oficio, considera como punto a favor del barrio la identidad de los vecinos con el entorno y la familiaridad que entre todos alivia penas. Una de ellas es este problema que enfrenta la oscuridad del barrio.
Por su parte. Lucía Castillo Recio, miembro del grupo de trabajo comunitario conoce del esfuerzo de la delegada y la ayuda que necesita; “Este es un reparto complejo por lo apartado que se encuentra complicado además por la falta de iluminación en las calles, asevera, y aunque llueven los planteamientos sobre el tema, es como si siempre estuviéramos pidiendo favores a la OBE”
Los contrastes del si, pero no.
 Por otra parte y en conjunto el vecindario opina que en San Rafael se cometen desde hace mucho tiempo ilegalidades en la construcción de viviendas sin que nadie intervenga en ello, “¿Qué puede hacer sola la delegada, quien le ayuda a destrabar todos estos problemas que necesitan el apoyo institucional”, preguntan los vecinos, porque además, aunque es cierto que el servicio eléctrico es básico “¿Qué se maneja entonces al negárseles la propiedad de la vivienda cuando al instalarle la OBE el metro contador ya les esta dando cierto estatus de propiedad”
Esperanza Abreu Umpierre, nos cuenta que llegó hace muchos años desde la zona de Pozo de Vilató, en Sierra de Cubitas. Ella tiene ahora una modesta pero segura vivienda dotada de alcantarillado y electricidad, pero no ha podido legalizar su casa. “En cada ocasión me dicen que no puedo tener la propiedad de la casa porque no tengo la del terreno. ¿Porqué no se acaban de legalizar situaciones como estas y liquidar la tensión en que estamos viviendo?”
Estos son planteamientos desde el 2009 por lo menos, señala la delegada Osmaida, y entre ellos están los de las luminarias que necesitamos en puntos críticos. Por ejemplo frente a la única tienda del barrio no tenemos ni un bombillo a pesar de que lo hemos pedido muchas veces. Incluso la venduta aledaña nunca tuvo electricidad y si alguna vez contó con un bombillo se debió al favor que por cierto tiempo hizo una vecina al permitir colocar una extensión”.
Presidenta CDR 13 zona 208, Ludis Nilda Vazquez Quiñones, vive tal vez en lo mejor del reparto porque fue aquella parte que inició el proyecto de las obras con esfuerzo propio, así que su casa, como todas las de esa cuadra, cuenta con jardines, aceras y una aceptable calle semi asfaltada, pero paradojicamente son esas viviendas las que se encuentran más cerca de la fábrica de tejas de fibro asfalto .
Vivir aquí es difícil pues a pesar de que la fábrica realizó algunas mejoras sigue el hollín. Existen documentos que certifican el ambiente de contaminación que aquí existe, pero no hay un esfuerzo en la proporción que se necesita para erradicar el mal, aunque han existido intensiones de crear alguna comisión que estudie el tema a profundidad”. Y entonces Ludis comienza a sacar documentos y certificados avalados por diferentes instituciones incluyendo la de un Viceministro de la Industria Básica que junto a especialistas del Ministerio de la Ciencia coincidió conque la afectación de la fábrica a ese reparto era real, aunque también es real que el asentamiento no debió ubicarse en ese lugar.
Hoy nadie espera milagros
Un antiguo y revelador provervio castellano dice; “Fíate del santo y no prendas una vela” para significar de manera aguda y sentenciosa que la solución a tus problemas deben llegar con el esfuerzo propio y no esperando milagros. Imagino que la personalidad de San Rafael, y que en la liturgia católica es intermediario para alejar enfermedades y proteger novios y peregrinos, si no cuenta con una congregación unida y decidida poco podrá hacer a base de milagros. Por ello bien vale encender simbolicamente una vela cada día para iluminar ese esfuerzo cotidiano que entre todos es necesario realizar por el bien de la comunidad.
(Fotos; Otilio Rivero Delgado)


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