Dos razones de fuerza mayor motivaron a Edilky Llanes Díaz a
concebir un digestor de biogás para el que aportó todas sus
reservas financieras. La primera fue no perder la posibilidad de
mantener la crianza de cerdos y la otra, la protección del medio
ambiente de los efectos contaminantes de las excretas de la masa
porcina.


De
esta fuente renovable de energía escuchó hablar una que otra vez,
pero no imaginó las bondades comprobadas en la práctica en un
proyecto que rebasó las expectativas hasta convertirlo en la losa
sanitaria para el sacrificio de los puercos de los alrededores de
Cuatro Caminos, cabecera municipal de Najasa y allende esa
jurisdicción.
Cándido,
el padre, explicó que al principio emprender el proyecto fue más
por curiosidad, porque en realidad no sabían la utilidad. Había
leído algo por el periódico o visto en la televisión. “Vamos a
meterle”, le comentó al hijo, y a renglón seguido señaló: “No
se quien me dijo que en el CITA (Centro Integrado de Tecnología del
Agua) podían ayudarme, y así fue”.
Edilky,
un joven de 28 años, trabajó a la par con el padre. Detuvo
provisionalmente la cría de cerdos para realizar modificaciones en
el área de acuartonamiento, mientras utilizó desechos bovinos para
no detener la producción de biogás, alcanzada sobre la marcha con
medidas correctivas en la fluidez de los sólidos para estabilizar la
presión de gas.
Hace
varias semanas que la idea dejó de ser una quimera. La planta de
biogás asegura la energía suficiente para calentar el agua empleada
en la matanza y deshuese de los animales provenientes del sector
estatal y campesino, al cual pertenece como integrante de la
Cooperativa de Créditos y Servicios (Fortalecida) Anibal Puga.
Sin
violar ninguna norma sanitaria y bajo la supervisión veterinaria
emprenderán la producción de ahumados, una nueva opción para el
comercio local.
A
pequeña escala es una industria, como señalara alguien, con todas
las de la ley, incluso, tiene un transportador por el que circulan
los cerdos hasta afuera del inmueble antes de tomar su destino final.
El
diseño es fruto de la ingeniosidad de Cándido y de Edilky, graduado
de técnico de nivel medio en electricidad industrial en el
politécnico “Manuel Cañete Ramos”. No bastó ese conocimiento,
viajó a Camagüey a ampliarlos, idea que no despreció al tener en
cuenta que el procesamiento de los cerdos es complejo, los ejemplares
no pueden salir por donde entrada a la losa.
“El
biodigestor , con capacidad de 10 a 12 metros cúbicos levanta
temperatura para calentar 400 litros de agua en tres horas. La carga
disminuye después a causa de que el quemador es grande. Nunca llega
a apagarse. Vuelve a cerrarle la toma y al cabo de una hora las
llamas suben”, explicó Edilkys.
Para
palear la aparente insuficiencia energética buscó otro método
alternativo como el empleo del aserrín como fuente de combustión
de una caldera pequeña , concebida por ambos, para calentar el agua.
Para
que no quedara dudas de la efectividad del biodigestor abrió el
tapón y la llamarada cubrió el quemador. El fin es evitar utilizar
corriente eléctrica en elevar la temperatura del agua.
Raidel
Vidal González, especialista del CITA, de recorrido por el lugar,
opinó: “Este trabajo está muy bueno cuando lo comparamos con
otros proyectos donde hemos brindado asesoría. Ver este que esté
funcionando estimula a seguir y que en el futuro se desarrolle aquí
un taller municipal de intercambio de conocimientos sobre el uso del
biogás”.
Edilky
incrementa la masa suya en un plan interno de ceba de puercos,
mientras señaló que mensualmente pasan por la losa más de 100
cerdos, cifra que puede aumentar en la medida en que los habitantes
de la zona conozcan de la existencia de este nuevo enclave.
“Lo
primero que la gente piensa cuando oye hablar de biodigestor de que
los recursos te lo van a dar, sin embargo, tiene que financiarlo la
propia persona”, exclamó Cándido. Es una inversión que puede
pagarse en poco tiempo si se siguen los pasos del proyecto.
Es
un hombre de enfoques claros y a veces cargados de jocosidad. Y como
quien no quiere las cosas soltó a boca de jarro la anécdota del guajiro
que delante sus ojos exclamó: "!Le ronca que la mierda dé candela!”.
Texto
y fotos: Enrique Atiénzar Rivero
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