Un
día, hace algo más de un año nos sentamos muy de mañana con El
Mexicano en las escalinatas de la iglesia de La Merced a conversar.
Toda la noche anterior el había dormido allí con otros dos o tres
socios de feria y ahora estaba de mal humor porque le habían robado
un zapato. Sucedía también que otros malos amigos le facharon un
cubo al compañero con el que se ganaba la vida. Desarrapado, con la
barba de muchos días, apenas si había comido el día anterior y no
recordaba la ultima vez que se había bañado.
Entonces
no me quiso decir su nombre ni qué hacia o de donde venia, pero sí
me narró una historia de trota mundo que le marcaba la vida. Por lo
que supe, no tenia a donde ir o qué hacer. “No pido limosnas, me
dijo, eso no, pero si vendo botellas y trabajo en lo que sea. Uno
tiene que mantener su dignidad”.
Aquellos
apuntes los publiqué en un reportaje sobre los ambulantes que van y viene de una calle a otra sobre las mismas huellas de
lo ya recorrido. Gente algunos sin amparo filial, callejeros con un peculiar forma de vivier en nuestra sociedad.
El
impulso necesario llega ahora.
Hace
apenas unos días visité la hermosa quinta que al sur de la ciudad
de Camagüey mantuvo por mucho tiempo la Escuela de Dirección de la Central de Trabajadores de Cuba que ahora sirve como Centro de Recepción de ambulantes. Junto a
la carretera el portón y luego frescas instalaciones sombreadas de
arboles y setos. Cerca un grupo se aplica en torno a una mesa de
domino y más allá en los bancos del parquecito tres o cuatro
personas conversan. A nuestra llegada algunos salen curiosos a
darnos la bienvenida.
“¿Cómo
están ustedes?” Saludamos
“Como
en una base de campismo”, responde alguien del grupo.
Pero
esta “base de campismo” es muy reciente, comenzó a funcionar
desde el pasado 29 de julio luego de ir creando y reuniendo
condiciones para esta costosa operación dirigida a trasladar a
personas que deambulan por nuestras calles hacia un centro donde
puedan recibir atención inmediata y tratar de resolver, en lo
posible, la situación social en la que viven. En realidad este nuevo
servicio es una extensión del Hospital Psiquiátrico para ayudar a
mejorarle la calidad vida desde el punto de vista físico y
sicológico a aquellos que llegan con enfermedades físicas o
mentales de cualquier tipo, incluyendo alcoholismo, revisar su medio
social y buscarle facilidades para re insertarlos en la sociedad a
través de sus familiares, el Hogar de Ancianos o en sus lugares de
origen donde los gobiernos de cada territorio donde ellos pertenecen
decidan qué hacer en cada caso.
“Esta
es una labor que se realiza regularmente desde hace varios años, sin
embargo, no con la igual energía y organización de ahora
---comenta el Doctor Carlos Morán , Director del Hospital Provincial
Psiquiátrico --- , Primero nos hacia falta un local donde establecer
el programa ya que sumarlo a la instalación de nuestro hospital no
es lo más apropiado, aquí estamos más independientes y además la
Comisión a cargo se encuentra muy respaldada por el Gobierno.”
Algunas
diferentes formas de vivir
Alberto
GarcÍa Cortina llegó desde Ciego de Avila y tiene 68 años de
edad, fue cocinero calificado en un contingente de la Construcción
en las obras de Cayo Coco y posee la medalla Jesús Menéndez. Su
chequera de jubilado es de 386 pesos. Ahora este Alberto es, según
dice, un hombre mundano. “Me gusta estar en la calle, un día aquí
y otro allá”. Pero este “trotamundos” llevaba tres meses sin
bañarse, con la misma ropa y durmiendo en cualquier portal o rincón.
Hacia medio mes que se había olvidado de comer y hace un par de
semanas fue recogido en alguna calle de nuestra ciudad y traído a
este centro.
Cuando
vio que estábamos realizando algunas entrevistas se acerco y a la
primera oportunidad nos dijo. “Mira, apunta ahí que le dejo mi
chequera al Gobierno. Que no quiero el dinero si me deja seguir aquí.
De verdad que no quisiera irme de este lugar que como tu ves es lo
mejor”
“Pero
los ingresados deben de estar poco tiempo aquí, no más de 30 días,
porque también tienen derecho a no estar, así que tan pronto se les
clasifica se decide su destino--- abunda el Doctor Morán ---.La
conducta de ambulante tiene muchas aristas, para algunas personas
es una manera de vivir y resolver sus problemas, otros lo hacen por
enfermedad mental, otros son alcohólicos que lo han perdido todo,
incluyendo la familia, pero de cualquier forma nuestro sistema de
Gobierno no abandona a nadie, aun a esos que los ves en la calle en
ese estado tan lamentable y que parecen olvidados de todos”.
En
cada operativo de recogida de ambulantes intervienen alrededor de
catorce personas incluyendo trabajadores sociales, médicos, agentes
de la Policía Nacional Revolucionaria y funcionarios del Gobierno
local. Un a vez llegados al Centro el baño y un barbero les espera,
así como el cambio de ropa por pijamas transformando su presencia
personal. Luego el examen médico, el dormitorio acogedor con
televisor, ventiladores y comedor, agua fría y la dieta necesaria.
Este
es Silverio Luis
“Nosotros
coordinamos este trabajo para que todos los factores jueguen su papel
en este programa --- dice Nilda López Díaz, funcionara del Gobierno
Municipal insertada en esta tarea --- La Comisión de Prevención
siempre existió según acuerdo del Ministerio del Trabajo y
Seguridad Social pero es el Gobierno quien rectorea el programa de
manera integral. En la Comisión se encuentra también la Dirección
de Salud Mental y Atención a Adultos Mayores. Esta es una Comisión
con mucha profesionalidad y deseos de hacer las cosas como deben ser.
“El
Centro se encuentra atendido por 18 trabajadores y se mantienen de
forma permanente. junto, con el personal de servicio un clínico y un
médico, así como enfermero y agente de la PNR ---expone Lázaro
Espinosa Levitán, administrador de la instalación---, Por aquí han
pasado alrededor de cuarenta personas algunos de los cuales ya han
salido a diferentes destinos; a su vivienda, el hogar de anciano o al
lugar de origen-
“Algunos
de ellos nos ayudan en la limpieza y mantener la higiene. En realidad
no todos quieren regresar a la calle porque muchos apenas comían una
vez al día. Aquí se les tiene ropa y zapatos, si necesitan ir a
hacerse análisis al laboratorio o a cobrar sus chequeras se les da
el taxis que aquí se encuentra para ese servicio y les llevamos
junto a una trabajadora social”.
Agrega
Lázaro que la empresa de gastronomía realiza visita semanales para
la venta de algunos productos mientras que Cultura y Deportes
disponen de programas especiales para los alojados. Por supuesto, no
puede faltar el intercambio político y educativo con el fin de
mantener el cuidado del edificio que ocupan y sus instalaciones
Estábamos
ya al despedirnos cuando un sonriente hombre de sombrero alón se nos
acercó. “Yo soy Silverio Luis Gómez Consuegra, soy camagüeyano y
vine desde Laguna de Guano a trabajar en la construcción del parque
Camilo Cienfuegos y en el Círculo Provincial de Pìoneros en el año
74. Luego hice muchas cosas más, entre ellas vender botellas y hace
poco me hicieron una buena operación de cataratas.
Vengo a decirte
que aquí me encuentro bien atendido porque la Revolucionan nos lo
está dando todo de gratis- ¿Tu no te acuerdas de mi? ...Yo soy el
Mexicano y me entrevistaste un día muy jodido porque me habían
robado un zapato.
Fotos; Otilio Rivero Delgado.
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