jueves, 17 de septiembre de 2015

Sin discursos




Desde hace ya demasiado tiempo, la prensa en todos sus géneros
se ocupa y preocupa reproduciendo no solo inquietudes populares, sino sus propias reflexiones en torno a este tsunami de ilegalidades que parece ahogarnos sin que a contrapelo de tanto discurso, haya una acción enérgica.
En la practica las incidencias de delitos e indisciplinas se manifiestan en hurtos en entidades estatales, centros de producción, almacenes, transportación y prestación de servicios a la población, en unidades del Comercio y la Gastronomía, en los ferrocarriles, centros educacionales y hospitalarios, lugares todos donde se han sustraído volúmenes considerables de recursos y materias primas.
 
Según un documento elevado a la dirección del Gobierno por la Comisión de Defensa, Legalidad y Orden Interior de la Asamblea Municipal del Poder Popular en el municipio Camagüey, la situación transita por la falta de fiscalización y control por parte de los directores y administrativos, por la debilidad de los sistemas de protección y por la escasa gestión de los aparatos de dirección que contribuyen a la realización de delitos e ilegalidades en las estructuras económicas de base
Precisamente por esa causa y hasta el cierre de junio de este año, asegura el documento de la Comisión, fueron radicados 14 procesos penales por el delito de malversación en los que resultaron penados directivos, técnicos, funcionarios de departamentos, contables y obreros, entre estos de la Unidad Municipal Inversionista de la Vivienda, Base 02 de Transporte Urbano, Hospital Pediátrico Eduardo Agramonte Piña, Empresa Alimentaria, panadería del reparto Torre Blanca y la Empresa de Servicios Técnicos Industriales en una larga lista en la que se aprecia esa insuficiente fiscalización y control que en alguna forma deben supervisar los consejos populares y circunscripciones.
No hay dudas que en ese ámbito de ilegalidades e indisciplinas sociales debe estar presente la acción que deben ejecutar organismos creados para ello como la Dirección de Inspección y Supervisión, el Centro de Control Pecuario y el Instituto de Planificación Física entre otros, cuyas acciones deben encaminarse hacia los principales focos que afectan a la sociedad, sin embargo es fácil advertir que en casi todos los casos esa actuación es dispersa, mientras que las tímidas acciones preventivas realizadas en la comunidad contribuyen al deterioro de los valores cívicos y morales en la población.
Se sabe, todos lo saben, por ejemplo, que existen actividades no autorizadas para el ejercicio del trabajo por cuenta propia y de otras en que se realizan a la vista de todos. En lo actual esa negligencia, falta de responsabilidad y tolerancia de quienes deben de evitarlo, se transfunden en discursos descoloridos en los que nadie ya cree, porque a la postre seguimos en la igual situación.
Es cierto que en teoría los consejos populares y los delegados tienen potestad para hacer muchas mas cosas de las que hacen, pero una cosa es con guitarra y otras con violín, porque en no pocas oportunidades chocan la falta de apoyo oportuno, la respuesta adecuada y el incumplimiento de entidades comprometidas con la comunidad. Por otras parte los delegados son reacios a hacerle el trabajo a otros organismos transformando sus funciones de gobierno en el papel que les toca como controladores y fiscalizadores para dedicarse a registrar mostradores y contar larvas de mosquitos. 
 La gente ya está acostumbrada a conocer lo que sucede con las direcciones administrativas, que es donde se encuentran los máximos responsables, que continúan con iguales problemas en la política de cuadros, que siguen haciendo chapucerías, y que mantienen este conveniente rejuego paternalistas y tolerante, y que siempre son los mismos en un perpetuo “floting” de un lado para otro y muchas veces para arriba, pero nunca jamas para abajo, aunque se conozca su oportunismo, incapacidad, latrocinio y acomodamiento.
No se puede. Ya no se puede seguir con el discurso en el que nadie cree.
Además, parece que no muchos se dan cuenta de que ya no tenemos tiempo para eso

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