jueves, 4 de febrero de 2016

Flavio Saborit: siempre fiel a la Revolución








Leonardo Flavio Saborit Martínez, conocido por Flavio, es uno de esos hombres de origen humilde que siempre están dispuestos a darlo todo por la Revolución. A sus 86 primaveras se mantiene en forma y se ocupa de su esposa. Su hogar está en el reparto Garrido, en la ciudad de Camagüey y su vivienda se e ncuentra adornada con cuadros donde se encuentran líderes de la talla de Juan Almeida, Ernesto Guevara y Fidel Castro. Aunque es de edad avanzada, aun corre en las mañanas y tiene una memoria envidiable. Se alfabetizó después de 1959 y a pesar de que no se superó académicamente es una persona muy inteligente y amante de la lectura.
¿Como fueron sus primeros años?
Me criaron mis abuelos maternos Petronila Martínez y José Saborit, en Niquero, Oriente. Soy hijo de Modesta y Manuel. Mi niñez y adolescencia fue muy triste, no pude ir a la escuela ni  tenía zapatos. A los 7 años tuve que alar de una yunta de buey, siempre estuve trabajando: buscando leña, agua, etcétera. Desde muy joven tenía que ayudar a mi abuelo en el campo. Cuando crecí, seguí los pasos de mi mamá, que se trasladó a Camagüey con un esposo de ella pasando mucho trabajo. Para seguirla, mi tío Andrés me presto 5 pesos y con ese dinero cogí una lancha de Manzanillo a Santa Cruz del Sur, luego me encontré con mi madre en la Colonia San Pedro, del central Macareño. Allí por la edad que tenía no podía trabajar, lo hacía a escondidas, recogía boniatos para Ulises Milanés, tenía 16 años solamente. En ese momento conocí a Enma, mi esposa, y enseguida nos hicimos novios, tuvimos 4 hijos unos años después. Tuve que ser pescador, cortador de caña, trabajar duro para que mis niños comieran.






En 1948 empieza la lucha de los obreros y a la cabeza estaba Jesús Menéndez, al cual admire mucho.
¿Conoció a Jesús Menéndez?
No, no lo conocí, pero simpaticé con él, porque defendía a los obreros. Cuando lo mataron hice una recolecta de 9 pesos para su viuda.
¿Cómo fueron sus inicios en la lucha revolucionaria?
Desde muy joven, yo sufría por la clase pobre, mi situación económica era terrible, todo era barato pero para ganar había que sudar mucho. Simpat

Por Roberto Carlos Serrano Prieto

Foto; Orlando Durán Hernándezicé por los jóvenes que asaltaron el Moncada. Trate de contactar años después con Héctor Magadan, jefe del M-26-7 en Macareño y me rechazaba, le insistí tanto que me llamó.
Le primera acción que participé fue un incendio a los almacenes de una compañía Macareño, así fue como entré en el  M-26-7. Después quemé un puente en 1958. Ya era la etapa de la lucha en la Sierra y mi hermano Justino, ''Lito'', estaba alzado en el Segundo Frente Oriental y murió luchando.
Además, me dieron tareas de recoger armas y salir de noche,sin que mi familia lo supiera.
Ya existía confianza en mi. Se me designó el entierro de los caídos en Pino Tres. Cuando entre al cementerio fue impresionante, había muchos hombres armados. Juan Amado, que era listero de la Compañía Macareño organizó la fosa común donde estaban los muertos en  la acción, y yo lo ayudé a enterrarlos. Al día siguiente el Cementerio amaneció lleno de coronas.
Participé en el asalto a cuartel de la guardia rural de Macareño, pero antes entré al lugar vendiendo pescado, pero eso fue para estudiar el lugar. Dimos el golpe a las doce y 30 de la tarde, este fue demoledor, nos llevamos balas, granadas, pistolas, varias armas. Admiro a la juventud de esa época, porque era capaz de todo, lo mismo le arrebataban un cuchillo a un guardia que eran capaces de organizar manifestaciones. Muchos de los asaltantes éramos casi niños. Después de eso, aprendí muchas cosas, porque yo no sabía usar ni una pistola. Los compañeros me enseñar a manejar el fusil, a arrastrarme y otras maniobras que no sabía hacer.
El 3 de noviembre de 1958 estábamos a unos 50 kilóm

Por Roberto Carlos Serrano Prieto

Foto; Orlando Durán Hernándezetros del central Francisco, nos encontramos un maizal y con el hambre que teníamos nos comimos unas cuantas mazorcas. Después cuando vino el triunfo, era una alegría enorme.
Ya yo había participado en varias acciones con el Frente Camagüey y nos enteramos del Triunfo de Revolución cuando estábamos en Macareño.
¿Que significó el triunfo de la Revolución para usted?
Para mi no fue tan bueno, en el sentido que me enteré también de la muerte de mi hermano en la Sierra, yo veía a toda mi familia celebrando y era el único que sabía la noticia, no se lo dije ni a mi madre para no estropearle la alegría. Si fue esperanzadora, porque sabíamos que las cosas iban a cambiar.
¿Cuáles fueron las primeras tareas que se le encomendaron?
Lo primero que me mandaron fue la intervención de los cuarteles, porque yo era soldado.  Primero me mandaron para el central Francisco y después para Guáimaro.
Luego me trasladé para el Escambray, ahí estuve 6 meses en la lucha contra los bandidos. Nos mataron un compañero, estando cerca de Manicaragua se formó un tiroteo, allí tiré con lanzacohetes y a unos 150 metros acabé con un grupo que había en una cueva.
Después de la Lucha contra bandidos, ¿ a qué se dedicó?
Vine para Camagüey y me dediqué a la Zafra, mi campamento en Maraguán salió vanguardia.
 Terminé la Zafra y me fui para La Paloma unos 5 años, pasé mucho trabajo. Continué en las FAR, desempeñé varios cargos, desde Jefe de Compañía hasta Capitán, que fue cuando me retiré, llevaba 25 años en la FAR.
Tengo el orgullo de que el grado de capitán me lo puso el Comandante en Jefe, y me siento el hombre más feliz de la Tierra por eso.
Después del retiro, por mi actitud me han condecorado con varias medallas, 14 condecoraciones. Mi casa me la dio la Revolución.
Aunque lloro por mi hermano todavía, estoy orgulloso de él porque murió por la Revolución. Yo abandoné a mi familia en momentos difíciles para luchar y obtuve mi recompensa.
Muy pocos conocen de que usted es un maratonista, se le ve en todas las carreras e incluso a sido partícipe con su edad ya sobrepasando los 80 años. ¿Desde cuándo empieza a correr?
 El primer maratón que hice fue de Remedios a Bartolomé, quedé en segundo lugar, estuve en 4 competencias de Varadero Internacional y cogí en uno segundo lugar. Participé en 7 maratones del Periódico Adelante, dos Terry Fox y todavía, con 86 años hago preparación física.
Si tuviera que agradecerle a alguien lo que es hoy, ¿quién sería esa persona?
Si hay un hombre que tengo que agradecerle es a Juan Almeida, lo quiero con la vida, me resolvió muchos problemas. Agradezco a Fidel por lo que ha hecho. Bueno le agradecería a muchas personas, y creo que una sola no sería suficiente, le agradezco todo a la 

Revolución.

Por Roberto Carlos Serrano Prieto

Foto; Orlando Durán Hernández




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