jueves, 21 de julio de 2016

Banao; no solo cien años de soledad.




La primera historia
Nadie sabe cuando o porque se fundó en ese lugar el caserío de Banao, pero orillada al flanco sur de la Sierra de Cubitas y próxima al río Jigüey, la comunidad ya existía en la medianía del siglo XVIII. Fue de hecho la capital del barrio cubitero del que dependían siete caseríos, incluyendo el embarcadero de La Guanaja en la bahía de La Gloria.
Se sumaron en sus raíces vizcaínos, asturianos, gallegos, venezolanos y colombianos pero especialmente canarios y catalanes de los que nadie sabe porque recalaron en un lugar como este y cuyas tumbas hoy están perdidas en el monte. Enterrados al igual que familias de diferentes regiones del país, incluyendo habaneros, baracoenses, espirituanos y matanceros 
 
Para el 1802 Banao contaba con 272 habitantes mayoritariamente blancos y pocos esclavos. Su economía en desarrollo se nutria de 77 vegas de tabaco. 20 carbonerías y 38 fábrica de casabe. En su época contó con cuatro tiendas mixtas, iglesia y cuartel militar. No lejos se levantó el ingenio azucarero Bainoa, con 26 caballerías para la siembra de caña. Treinta años después sobrepasaba los 700 habitantes.
Por alguna razón en esa historia y en un par primaveras y temporales de lluvia interminable el monte envolvió a Banao y se tragó a sus habitantes. Macondo ya existía antes de que García Márques escribiera Cien años de soledad.
Desde el mismo inicio de la guerra de 1868 la Sierra de Cubitas fue declarada frente militar y cuando el Mayor General Ignacio Agramonte Loynaz convirtió la región en teatro de sus operaciones, ya el poblado era un puñado de cenizas y horcones carbonizados.
Luego de la guerra Banao no llegó a recuperarse, pervivió sobre un frágil equilibrio mas por la persistencia de los cubiertos con su entorno que por la posibilidad cierta de desarrollo económico y social. De nuevo abrieron el monte nuevas familias, viejos mambises que ya no sabían hacer otra cosa como no fuera estar en la manigua y soldados españoles, campesinos y desclasados en su tierra, sin oportunidad de regreso. Otra vuelta a la rueda de la historia y de nuevo el casabe, el cultivo de la yuca y la supervivencia precaria.
En días como hoy
En los años siguientes y hasta ahora Banao ha resistido a pie firme el tiempo y la necesidad. La tierra colorada colocó su sello distintivo y ya para siempre la comunidad perdió toda su relevancia para convertirse en un punto de la geografía.
En lo actual la comunidad posee alrededor de 44 viviendas casi todas de madera y guano dispersas en jardines umbrosos y arboledas que sombrean el espacio del verde pardo intenso que matiza la Sierra de Cubitas. Allí conviven casi 140 habitantes en un índice demográfico que dadas las condiciones de ese poblado, acusa un incontenible descenso.
Cada vez somos menos y estamos mas viejos”. Comenta Rene Amarales Fernández, delegado por más de siete mandatos en la Circunscripción 22 en el Consejo Popular Pozo de Vilató, se duele, dice, de la dura lucha por hacer que la comunidad siga en pie a pesar de la situación que vive frente a un fondo ganadero y agrícola deteriorado
El despoblamiento se produce muy rápido, hace cinco años eramos mas de 200 vecinos , pero la situación con las comunicaciones, el comercio, y el camino, obliga a que la gente haya emigrado hacia otras comunidades con mayor avance y perspectiva. Hemos perdido hasta la cultura del casabe”.
Del otro lado de la montaña a 22 kilómetros al este, en Sola, el Secretario del Consejo de la Administración Municipal, sin dudas decano en en el Gobierno del municipio Sierra de Cubitas, Emif Mayedo Mayedo, es mas optimista. Detalla como varios de los planteamientos mas peliagudos de los 98 electores de Banao se han ido resolviendo. Relaciona la revitalización de la tienda de víveres, la presencia de lineas eléctricas que permitió sustituir tenderas por un servicio eficiente y el transporte no solucionado pero en algo mejorado.
Un grave problema tenemos con el teléfono. Esa zona distante y difícil por el lugar geográfico en que se encuentra ha impedido hallar una solución--- me dice y entonces le cuento la anécdota del vecino de Banao que con un TFA y para poder tener cobertura tiene que subirse a lo alto de una mata de anoncillos que esta en las afueras del pueblo. ---Bueno, me dice sin inmutarse, eso es para que veas lo difícil de un teléfono en esa comunidad.
 Los que se quedan, los que se van
Contamos con una buena sala de vídeo, nos ha dicho el delegado Amarales, los suministros a la tiendas han ido mejorando, el circulo social recibe atención … y mas nada. Tu miras esta comunidad y te das cuenta de porque la gente joven se va, las familias se van reduciendo y solo se quedan los viejos.
Por otro lado tenemos y no tenemos transporte, a nosotros se nos asigno un camión-guagua por parte del municipio Sierra de Cubitas para cubrir dos viajes alternos a Camagüey, uno el lunes y otro el viernes, pero eso se ha visto afectado en ocasiones”.
La escuela primaria José Hidalgo Oliva forma parte del patrimonio de la comunidad de Banao, se construyó próxima al sitio donde fueron asesinados tres campesinos de la zona por una banda contrarevolucionaria llegadas desde El Escambray. Sin embargo, a partir del 2003 y por baja matricula se acordó cerrarla y trasladar el aula al poblado de Lesca, ubicado siete kilómetros de distancia. “Educación ha puesto un transporte que por la mañana viene diariamente desde Sola, recoge a los niños y los lleva a la escuela de Lesca. Luego los trae por la tarde. También y como aquí viven dos choferes de guaguas escolares, estos salen a las seis de la mañana rumbo a Sola y la comunidad se sirve de ellas para salir a la carretera y tomar otro carro con destino a Camagüey o a Sola”
Un tema de interés y que invita a la reflexión es la perdida de su un taller de artesanía, manualidades realizadas con maderas, semillas y fibras vegetales de la zona, “Allí se hacían sombreros, escobas, cepillos y otros artículos útiles para el hogar, pero ese taller se llevaron en la década del 80 y se perdio una fuente de empleo para la mujer, por otra parte aquí ya no hay ninguna cesabería. Eso también se ha perdido”, lamenta el delegado.
Daicy Amarales García, a cargo de la sala de vídeo está orgullosa de la presencia de la vivienda que ocupa esa instalación. “La sala fue fundada en el 2001 y se prestan diferentes servicios para la educación y la cultura general, incluyendo biblioteca, actividades recreativas y talleres, así como un espacio dos veces por semana para aquellas personas que necesiten rehabilitar su salud. Por eso es que hemos cogido por cuatro años consecutivos el galardón de la mejor sala de vídeo de la provincia. Esto es un ejemplo de lo que puede hacerse con el trabajo comunitario en este poblado”.
Y te digo mas, interviene el delegado, teníamos un campo de pelota visitado por famosos peloteros como Sandalio Hernández, Sergio Quesada, Luis Ulacia. Ellos venían aquí a enseñar a los guajiros a jugar pelotas y nuestro equipo, que era bueno, iba a a jugar a Brasil, Esmeralda, Minas, pero eso también se ha perdido, como se perdió el conjunto musical en unos casos por falta de equipos y en otros porque la gente se va”
¿Que es en realidad Banao?
Allí está precisamente la debilidad de la comunidad de Banao, en el desaliento con algo de defraudación y con mucho de desamparo. (¿Quién lo duda). En este momento debemos de concluir, luego de ver y escuchar, que la comunidad de Banao, donde ella misma se considera como grupo social vinculado por lazos familiares o de amistad residiendo en un igual territorio e inter relacionados, que ha perdido en alguna medida valores que le permitan solucionar con sus esfuerzos e iniciativas una parte de sus problemas. El Gobierno y sus recursos podrán apoyar ese desarrollo, pero si la propia comunidad no rescata su identidad y decide permanencia y crecimiento de nada valdría esa ayuda
Banao responde a los iguales patrones de las comunidades rurales, un conjunto de personas que conviven en un mismo espacio abierto y natural y que mantienen una estrecha relación con la naturaleza, la flora y la fauna, característica que los centros urbanos han perdido en gran medida. En lo actual esa pequeña comunidad, como otras tantas no bien atendidas, muestran una tendencia continua hacia el decrecimiento demográfico generado en realidad por varias causas, entre estas emigración en busca de mejores condiciones de vida, falta de comunicaciones, educación y vida social acorde a las necesidades y demandas de las diversas generaciones. La cuenta nos dice que son mas los problemas subjetivos que las necesidades materiales a resolver.
A pesar de esto Banao tiene una oportunidad pocas veces repetida; su arraigo cubitero y su historia. Su valor patrimonial y la fuerte solidaridad que solo se crea en las pequeñas comunidades geográficamente aisladas pero socialmente unidas.

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