lunes, 30 de julio de 2018

Los resultados de una nota de prensa de los EEUU en Camagüey.



Durante la primera semana de octubre de 1948, las autoridades migratorias norteamericanas anunciaron, sin que mediara una explicación previa, que a partir de noviembre de aquel mismo año, seria requisito indispensable para aquellos médicos cubanos que fueran a ejercer en ese país, someter sus pruebas de laboratorio y recetarios a certificados de calidad avalados por médicos de los EEUU.
Ante la nota prepotente y vejaminosa para la medicina cubana, el Colegio Médico de Camagüey, presidido entonces por el Dr, Francisco Martínez de la Cruz, envió una carta de protesta a Paúl A. Tate, vice cónsul norteamericano en la provincia, con copia al periódico El Camagüeyano para su publicación, púes fue en sus paginas donde en nuestra provincia apareció el documento del gobierno norteamericano.
 
Sin embargo, con la firma de su director, Walfredo de Jesús Rodríguez, el periódico le devolvió la carta al Colegio Médico excusándose al decir que solo la publicarían si se retiraban algunos insultos al gobierno norteamericano que en ella aparecían, pues no era dable crear desavenencias con ese país amigo.
Aquello levantó otra irritación entre los profesionales de la medicina, quienes hicieron público una nueva carta acusando de parcialidad al periódico y denunciando sus relaciones con intereses yanquis. Esta nota publica en el periódico El Bayardo, “Diario al servicio de las clases populares”,dirigido por el connotado luchador revolucionario Justo Tamayo López, complico la situación, pues de inmediato El Camagüeyano dijo que era lastimoso que el Colegio Medico, de Camagüey tuviera que recurrir al periódico de un connotado comunista. para dilucidar sus asuntos internos.
La prensa progresista de la ciudad se alzó y acuso a El Camagüeyano de cipayo, mientras que el Colegio Médico se puso al habla con el vice cónsul para arreglar directamente la situación y exigir que el gobierno yanqui se retractara de aquella disposición que colocaba en entredicho la capacidad profesional de los médicos cubanos.
Mr. Tate notifico la demanda al embajador, quien debió elevar la nota a George C. Marshal, entonces Secretario de Estado y encargado de las relaciones internacionales de los EEUU. de la cual, por supuesto, no se dio por enterado. Tampoco hay constancia que Tate haya Remitido la queja al embajador.
El 18 de octubre, ante lo enojoso de aquellas relaciones entre el periódico y los médicos, el decano del Colegio Provincial de Periodistas, José Manuel de la Torrer Rivera, y tal vez por gestiones del propio Walfredo Rodríguez, la dirección de El Camagüeyano que temía perder vínculos con la influyente organización medica (y quien debió reconocer su metedura de pata), propuso un armisticio, celebrándose una reunión conciliatoria el martes 19 a las cinco de la tarde en la Cámara de Comercio, situado entonces en el edificio de la calle Cisneros 259, esquina a General Gómez.
En torno a esta reunión El Camagüeyano hizo gran publicidad dando por liquidado el incidente, que se debió, dijo, a malos entendidos en la redacción del documento. Sin embargo el Colegio Médico declaró la verdad al decir que El Camagüeyano no había querido publicar la carta, que en realidad no contenía palabras ofensivas, sino que en ella se denunciaba, entre otras cosas, el estado sanitario de Camagüey, demandando e inculpando al gobierno. Eso por supuesto empeoro la situación.
El director de El Camagüeyano, le dirigió otra carta pública al Dr. Martínez de la Cruz, para decirle que el periódico no hizo otra cosa como no fuera ejecutar las tareas propias de la prensa y su ética, pues no era nada edificante para la ciudadanía hablar de tantas calamidad publica. Por supuesto, los médicos respondieron que lo no edificante era ocultar la amenaza de epidemia que se cernía sobre la ciudad ante el abandono sanitario que padecía a consecuencia de políticos venales.
El día 20 la dirección Colegio Provincial de Periodistas volvió a intervenir en la disputa y convocó a sesión extraordinaria a todos sus miembros para pronunciarse sobre el incidente, creando una comisión conciliatoria que finalmente, el día 21, logró concluir el caso con satisfacciones recíprocas, acordando ambos abstenerse de acciones y actuaciones sobre este tema u otros ulteriores que pudieran originarse. Sin embargo, a partir de esos momentos, las relaciones entre el Colegio Médico de Camagüey y el periódico El Camagüeyano, nunca tornaron a ser normales, manteniéndose frías definitivamente desde entonces.
Se mantenía aun las efervescencia de aquel incidente en el sector profesional de Camagüey, cuando el 17 de noviembre representantes del Colegio de Maestros de nuestra provincia se reunió con el Colegio Provincial de Periodistas en busca de ayuda en su lucha por la inmovilidad de sus puestos, ya que en el país se había desatado una oleada de despidos de educadores que abarcaba todos los sectores del Ministerio de Educación.
Los médicos fueron los primeros en apoyar a los maestros en sus demandas, apuntando que mucho les agradaría que el periódico El Camagüeyano se abstuviera de publicar nada en contra del magisterio.
Al cabo, y con el apoyo de toda la prensa local, de estos encuentros surgió la idea de que los periodistas camagüeyanos presentaran, en la primera Reunión Nacional, un proyecto para el desarrollo de una campaña masiva de alfabetización en el país.
Esta Asamblea Nacional tuvo lugar en Varadero los días 29 y 30 de enero del siguiente año, con la asistencia de la delegación camagüeyana integrada por los periodistas formada por Manolo de la Torre, Emilio Fuentes Garriga, Pablo Castellanos, Francisco Prendes y Alfonso Server
Esta comisión presentó en el evento la propuesta que fue aprobada por unanimidad: la campaña de alfabetización popular que debía de ser emprendida por los periodistas en todo el país, creándose la orden del Mérito Periodísticos para aquellos que mayor cantidad de personas alfabetizaran.

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