jueves, 28 de abril de 2016

¿Existe coherencia en las leyes cubanas?



En una reciente charla sobre derecho jurídico y notarial con la MSc Aida Julia Puentes del Pino, vice presidenta del Capitulo Provincial  de Derecho Notarial y presidenta de la delegación de base de la Notaria, nos asaltó la duda de hasta dónde la población se identifica con el derecho jurídico que le ha dado la Revolución y hasta dónde el jurista conoce y aplica leyes con la toga del sistema judicial de nuestro país.
Como el tema nos toca a todos nos pareció oportuno transcribir la breve entrevista con la especialista. Veamos. 
 
Se habla mucho de la aplicación de leyes en nuestro país y la cultura que en esa esfera ha adquirido el jurista cubano, ¿es eso cierto?
En realidad la cultura jurídica se constituye por un grupo de elementos, procederes y hábitos, que se van formando en el juristas y que parten de un origen común. Los notarios tenemos la cultura de proteger los documentos o sea, la misión conservativa de los documentos, asesoramos y llevamos su real función al ámbito de de las necesidades sociales.
¿Algo así como un artista de les leyes al servicio del pueblo?
El considerarnos artistas está en la maestría con que llevemos a vías de hecho el ejercicio de la profesión, cumpliendo estrictamente con lo establecido legalmente y haciendo honor al legado de quienes nos antecedieron y por supuesto que otras ciencias nos implementan en este noble empeño, tales como la antropología, psicología, la filosofía y la economía, por solo citar algunas. El jurista es un servidor público pero para eso tiene que saber usar la palabra y la pluma, explicar correctamente los términos, los modos, las legislaciones que se modernizan y se actualizan, las que se encuentran en función del consultante popular.
Todo eso está muy bien pero, hace poco me dijo que se había perdido la tradición del libro de familia, ¿qué es eso?
Pues muy sencillo, la población ha alcanzado mucha cultura jurídica, pero todo espacio será poco para la labor docente que debe ser diaria y metodológica. No es que exista solo la jurisprudencia como cultura, sino que debemos de seguir logrando en pos de esa cultura jurídica, e incluir, por qué no, métodos que un momento y dejaron de utilizarse. Este es el caso del libro de la familia. Eso se ha perdido. Eso siempre fue muy útil en todas las familias donde siempre existía alguna persona, la abuela o la tía, que conocía el tomo y el folio de los nietos, de los hermanos y toda persona allegada con una información actualizada, disponía casi del árbol genealógico familiar y ello era muy socorrido para todos. Eso era parte de la cultura familiar que estaba presente en todos los estratos familiares de una manera u otra.
¿Qué es la cultura de integración familiar?
El mundo entero sufre transformaciones y no estamos exentos de ello, pero podemos llamar a recuperar muchas de ellas, recuerdo que los domingos muchas personas se visitaban e iban a verse unos a otros, y eso no tiene por que perderse, es una cultura de la visita, del intercambio, de respeto a los ancestros, que muchas veces contribuían a resolver desde su experiencia temas de interés para todos. Tomemos de ello cuánto aportó a la cultura familiar que, por analogía hubo de tomarlo, de aquellos antiguos consejos de ancianos que pensaban para una sociedad de mayores poblaciones y en verdad sus soluciones eran de extraordinaria aplicación e inspiraban respeto, recordemos de ellos todo lo que nos legaron en sentido favorable para tiempos que exigen altos valores y principios.



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