La
inclusión del derecho al desarrollo científico de la Humanidad se
ha planteado en más de una oportunidad para que la Organización de
Naciones Unidas apruebe una convención internacional en materia de
Derechos Humanos para el desarrollo de la Ciencia cuando esta se
realiza en función del bienestar social.
Sin
embargo a pesar de la justa causa y lo que ello significa, la
propuesta ha sido bloqueada por un reducido pero influyentes países
encabezados por los Estados Unidos de Norte América, con mucho de
premeditación y alevosía. Por supuesto que ello repercute de forma
negativa en aquellos países necesitados de progreso científico
técnico como forma de salida a situaciones económicas y sociales
que padecen. Cuba multiplica ese efecto ya que a esas limitaciones se
suman los efectos del bloqueo estadounidense en su progreso
científico- técnico, encareciendo no solo el financiamiento de las
importaciones o de provocar gastos adicionales a las exportaciones,
sino demorando o impidiendo técnicas necesarias al desarrollo.
Según
datos ya publicados por el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio
Ambiente (CITMA) las afectaciones monetario- financieras, el no
acceso a tecnologías norteamericanas y la incitación a la
emigración científica y la fuga de talentos, ha originado daños y
perjuicios socio económicos al país por sobre los 93 000 millones
de dólares. Para reconocer solo algunos de estos índices basta
incursionar en cualquiera de las esferas de la vida nacional y
constatar la falta de equipos tecnológicos, recursos materiales y
servicios del exterior impedidos de sumarse a nuestro desarrollo.
En
realidad se habla mucho de estos daños materiales que padecemos
desde hace medio siglo y que por supuesto incluye erosión al
patrimonio económico y la reducción de posibilidades de aplicación
de técnicas y proyectos, sin embargo un tema puntual en los
resultados del bloqueo es la flagrante violación de los Derechos
Humanos al individuo como tal, a la familia, la comunidad y la
sociedad en su mas amplio prisma en un horizonte que se desplaza
desde el deterioro social a la fuga de cerebros. Esa malévola
política combatida por nuestros hombres y mujeres de ciencia
necesita de aquella declaración de Derechos Humanos que ya Martí
vislumbraba desde el siglo XX cuando afirmó que “Pensar es abrir
surcos, levantar cimientes y dar el santo y seña a los corazones”
Por
años se ha ido cuantificando cómo y cuánto acciona el bloqueos
sobre la esfera científica en Cuba, así como en las implicaciones
monetarias- financieras del comercio de determinados servicios
científicos, mermando las posibilidades de ejecutar acciones para el
desarrollo. La imposibilidad de adquirir productos, componentes o
agregados para la aplicación de modernas tecnologías, equipos y
procesos indispensable ha desarrollado un duro enfrentamiento de la
ciencias ante esas necesidades con búsqueda de variantes y caminos
alternativos no siempre exitosos.
La
rama de la Salud, vulnerable como pocas, sufre el déficit de
medicamentos, tecnología y posibilidades de mejorar el sistema
sanitario del país a pesar de que Cuba, con asombroso esfuerzo
humano y científico ha logrado en situación muy difícil mantener
en alto su prestigio como potencia médica, Por otro lado el inhumano
bloqueo ha negado la posibilidad de adquirir equipos para el
funcionamiento del Laboratorio de Técnicas Nucleares, por lo cual
cesó sus operaciones privando al país de estudios fisiológicos y
genéticos que permitan obtener nuevas variedades de cultivos e
incrementar los rendimientos agrícolas en diversas condiciones de
suelos y clima. Ello ha obligado al país a comprar semillas híbridas
con costos de alrededor de 1 000 dólares por kilogramo para
incrementar los rendimientos, lo que ha encarecido considerablemente
la producción de alimentos.
Sucede
parecido con el transporte, las comunicaciones, la agricultura y
hasta en la inter comparación de patrones de instrumentos de
medición al realizarse, según una nota recientemente publicada,
mediante países del cono sur de la región como Brasil y Argentina,
por la imposibilidad de acceder al NIST (National Institute of
Standards and Technology), organismo gubernamental para la
normalización y la metrología en Estados Unidos. Las cifras indican
que el costo total por enviar al exterior más de 15 instrumentos de
medición es de 52 000 CUC, más una demora superior a dos meses de
estadía en el extranjero, lo cual invalida el uso de esos equipos.
El
bloqueo aumenta el precio de determinados artículos de restauración
y conservación para el Instituto de Literatura y Lingüística,
incluidos los fletes, lo que obliga a Cuba desembolsar gasto
adicional de casi 1 200 dólares; mientras le resulta imposible
adquirir en Estados Unidos equipos para la certificación de
Gabinetes de Seguridad Biológica y su calibración, de los que en
ocasiones no se encuentran similares en otros mercados. Muy
ilustrativo de los daños y perjuicios económicos y comerciales
originados por el bloqueo es el encarecimiento de insumos (hay que
importarlos de terceros países) para el trabajo de los inspectores
ambientales estatales, tales como GPS, analizadores de gases,
residuales, agua y sonómetros.
Mientras
que en la esfera radiológica y de seguridad nuclear, es imposible
adquirir equipos de protección y para la respuesta a emergencias de
ese tipo así como para la implementación de los acuerdos de
salvaguardias además de las limitaciones para obtener información
sobre esos temas
La
inviolado de los Derechos Humanos en materia de ciencia y técnica, y
que ya de por si incide en los peligros medioambientales que
amenazara la humanidad, se tornan crueles con nuestro país impedido
de desarrollo científico a través de un bloqueo ahora políticamente
manipulado, edulcorado y retocado, pero que en el fondo desde otra
arista continua con el igual propósito de destruir
cada
una de las conquistas de la Revolución cubana.
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