Ya
desde los primeros meses de 1959 y aun antes del inicio de la Reforma
Agraria, con la inminente intervención de sus latifundios, la
Asociación Provincial de Ganaderos de Camagüey trato de
obstaculizar el proceso de aun incipiente Revolución, haciendo
publico el 7 de junio un documento donde declara “su rechazo a la
actual redacción de la Ley de Reforma Agraria porque el brusco
cambio de sistema económico del país traería aparejada la
paralización de la economía con sus secuencias inmediatas de hambre
y miseria”. La declaración fue un pretexto no tanto para
distanciarse de sus responsabilidades con la situación existente
entonces del país como para entorpecer la nueva Ley que signaría el
punto de partida de la Revolución cubana.
Las
vivencias de estos dramáticos acontecimientos nos dejo en sus
apuntes el Dr. Antonio Núñez Jiménez en multitud de notas.
Recuerda el entonces presidente del Instituto de la Reforma Agraria
Núñez que tras la posición abiertamente contrarrevolucionaria de
los ganaderos, y en ese mismo mes, Fidel se trasladó a Camagüey
para conocer la situación sobre el propio terreno y que luego de
intercambiar con el delegado del INRA, capitán Jorge Enrique Mendoza
Reboredo, se procedió a la intervención de los feudos ganaderos de
100 caballerías de tierra, luego, a bordo del avión Sierra Maestra,
se trasladó hacia B ayamo, donde tras comprobar las miles de
caballerías de tierra abandonadas y la miseria del campesinado de la
región, se procedió a la intervención de las grandes haciendas
existentes.
Dice
Núñez Jiménez que lo mas trascendental de aquel viaje resultó las
intervenciones de los latifundios camagüeyanos, y que como siempre,
se dedicó a explicar al pueblo los actos realizados. Esa fue la
oportunidad en que el 23 de junio, utilizando el canal 11 de la
televisión camagüeyana, situada entonces en la Plaza de La Merced,
refirió los motivos de su viaje a nuestra provincia explicando las
maniobras utilizadas entonces por los grandes ganaderos para hambrear
al pueblo; “Ellos están conscientes de las dificultades que eso
provocaría a a la Revolución--- dijo Fidel ---, Han paralizado
totalmente los trabajos para producir el hambre en el campo y en
general la contracción en el comercio y las actividades económicas
del país, ....Desde luego, esa es la actitud de ellos, pero nosotros
vamos a adoptar nuestra actitud, ...”. pasando entonces a exponer
los planes y la proyección de la Reforma Agraria y el enfrentamiento
con la riqueza ganadera que se está produciendo, por eso es, añade
Núñez, que desde allí da instrucciones al comandante Huber Matos ,
jefe militar de Camagüey de “proceder a la intervención de todas
las fincas de cebadores de ganado de mas de 100 caballerías y que el
INRA proceda a la adquisición de todos los añojos. Para que no se
produzca el hambre en los campos, paras que no se produzca la ruina
de los ganaderos, hemos tomado la decisión de intervenir, y vamos a
designar interventor y administradores .... En estos momentos
afirmamos que la decisión es irrevocable, sencillamente, y como
consecuencia de la actitud probad amente contrarrevolucionaria y anti
económica de los grandes latifundistas... la Reforma Agraria
comenzara, sencillamente por los grandes latifundios”.
Luego
de adentrarse en otras consideraciones, dice Núñez Jiménez que
Fidel afirmó de manera muy clara; “Bueno, en este mes llega la
revolución a Camagüey, ¿comprenden? ... el Gobierno Revolucionario
se propone intervenir todos los latifundios de mas de cien
caballerías en la provincia de Camagüey”
Por
supuesto que la llegada de la Revolución a Camagüey agudiza la
lucha de clases en la provincia con mas latifundios en Cuba y en ese
enfrentamiento no tardaran en ser desenmascarados no solo los
latifundistas, quienes incluso, de forma hipócrita donaron algunas
novillas al INRA para confundir al pueblo respecto a los verdaderos
propósitos de la contrarrevolución, sino que junto a ellos quedara
al descubierto los verdaderos propósitos de Huber Matos, pero esa es
otra historia. En su momento, concluye su relato Núñez, el
Comandante Camilo Cienfuegos dijo con su insustituible gracejo
criollo “con novilla o sin novilla, le partimos la siquitrilla”.
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